Si se cumplen los plazos y hoy martes sale la designación del nuevo ministro de la Suprema Corte, los senadores estarán mandando un mensaje de equilibrio en la composición de los ministros: Eduardo Medina Mora mantendría el balance que tenía el organismo hasta la muerte del ministro Sergio Valls Hernández.
El origen de los ministros mantenía un equilibrio: seis con carrera judicial, dos académicos y tres provenientes de la administración pública; el sillón de Valls debía de mantener la pluralidad en cuanto a experiencia en el sector público. De ahí que la terna presidencial haya incluido a dos magistrados con nulas posibilidades de ser elegidos y Medina Mora con una carrera en la administración pública.
Algunas fuentes en las comisiones del Senado que tienen que decidir sobre la terna han confirmado el argumento del balance, el equilibrio y la pluralidad. Una Corte sólo con magistrados dificultaría las votaciones porque los asuntos requieren de conocimiento del funcionamiento de la administración pública.
En la actualidad sólo dos de los ministros llegaron provenientes de la administración publica: José Fernando Franco González Salas fue subsecretario del Trabajo, subsecretario de Desarrollo Político de Gobernación, oficial mayor de la Secretaría de Agricultura y otros cargos en el área administrativa del gobierno federal; en el 2006 fue designado ministro de la Corte por el gobierno de Fox, aunque tomó posesión al arrancar la administración de Calderón.
Más nuevo en el cargo, el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena tuvo funciones en el área hacendaria, sobre todo cuando fue jefe del Sistema de Administración Tributaria (SAT). Aunque fue impulsado a la Corte por el gobierno de Calderón, su designación en noviembre de 2012 tuvo el apoyo del entonces presidente electo Enrique Peña Nieto.
Los académicos son José Ramón Cossío Díaz y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Zaldívar compitió por la presidencia de la Corte al finalizar el año pero perdió luego de más de medio centenar de votaciones.
Seis ministros han tenido carrera dentro del sector judicial, aunque algunos tuvieron despachos o alguna notaria: Luis María Aguilar Morales, actual presidente; Jorge Mario Pardo Rebolledo, Olga Sánchez Cordero, Margarita Luna Ramos, Alberto Pérez Dayán y Juan Silva Meza.
Luego de la votación para elegir al ministro que ocupe el sillón de Valls Hernández, hacia finales de año la Corte se enfilará a otra votación para designar a ministros que ocupen los lugares de Sánchez Cordero y Silva Meza, quienes terminan este año su periodo legal como ministros. Al salir del sector judicial, se supondría que sus relevos también llegarían del sector judicial para mantener el equilibrio y el balance. Por ello el sector judicial no resintió el peso de Medina Mora en la terna actual frente a dos magistrados desconocidos y sin peso en el sector judicial.
Fuentes cercanas a los senadores que decidirán el nombre del nuevo ministro de la Corte destacaron el factor de la pluralidad en la composición del pleno y sobre todo en el perfil que tenía el fallecido Valls de su experiencia en la administración pública. De ahí la importancia de la biografía del embajador Medina Mora y su experiencia justamente en la administración pública como secretario de gabinete presidencial y procurador general de la república, tomando en cuenta de que varios procuradores llegaron a ser también ministros, como Jorge Carpizo Mac Gregor y Diego Valadés.
Hasta el fin de semana, las objeciones contra Medina Mora eran más mediáticas que reales, a pesar de que en las comisiones del Senado se abrieron canales de comunicación para la aportación de datos de los nominados. Pero PRI y PAN han construido mayorías calificadas en cuanto a designación de ministros de la Corte.