El grupo yihadista Estado Islámico (EI) degolló hoy en público a cuatro jóvenes homosexuales en la ciudad iraquí de Mosul, donde esta organización aplica desde el pasado verano una interpretación reaccionaria de la ley islámica.
El funcionario de la administración local Mohamed Fares dijo a Efe que los combatientes del EI convocaron a los habitantes del barrio de Al Rashidia, en el norte de Mosul, para presenciar la ejecución extrajudicial de los cuatro jóvenes, cuyas edades rondaban entre los veinte y los treinta años.
La homosexualidad está proscrita en el mundo islámico. En la mayoría de los países donde esta religión es mayoritaria se considera un delito penado con la cárcel y en algunos, como Arabia Saudí, Sudán o Yemen, puede ser castigada con la pena capital.
Según el relato de Fares, una vez que la gente se hubo congregado, el juez designado por el EI, identificado como Taha Husein, pronunció la sentencia a muerte dictada por el «Tribunal Legítimo» del grupo extremista.
Los yihadistas del EI degollaron a los cuatro jóvenes con cuchillos mientras coreaban lemas religiosos y gritaban «Allahu Akbar» (Dios es grande), una escena que, según la fuente, no pudieron soportar los asistentes, que abandonaron inmediatamente el lugar.
El pasado 6 de enero, el EI asesinó a otros cuatro jóvenes acusados de homosexualidad, de entre 18 y 26 años de edad, arrojándolos desde la azotea de la sede de la Compañía Nacional de Seguros, ubicada en frente del edificio de la Gobernación de Mosul.
Las interpretaciones radicales de la «sharía» contemplan la pena de muerte para los homosexuales, pero existen discrepancias sobre la manera de la ejecución, desde quemar al condenado hasta arrojarlo desde un lugar alto o degollarlo con cuchillo.
La organización terrorista ha ejecutado a miles de personas, entre ellas excandidatos a diputados, activistas, intelectuales y miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía, y a todo quien se oponga a su ideario extremista.
El pasado 10 de junio, el EI ocupó Mosul, la segunda ciudad en importancia de Irak, y se extendió rápidamente por amplias zonas del norte de ese país, lo que forzó a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares.
Poco después, proclamó un califato en los territorios bajo su control en Irak y en la vecina Siria, donde impuso una interpretación rigorista de la ley islámica.