La ofensiva mediática contra el embajador Eduardo Medina Mora para impedir su nombramiento como ministro de la Corte formó parte de la estrategia de medios contra el presidente de la república y ocurrió en medio del peor vacío de comunicación política del gobierno federal.
La pieza clave de la operación política estuvo en la declaración del magistrado Horacio Hernández que afirmó que la nominación de Medina Mora implicaría convertir a la Corte en “una corte de cuates”, aunque en una entrevista radial se enredó en disculpas, “agradeció” al presidente de la república haberlo considerado en la terna y señaló que su frase fue sacada de contexto.
La campaña contra Medina Mora se basó en su supuesta participación en el operativo “Rápido y Furioso” que instrumentó el procurador de Barack Obama, Eric Holder, para la “venta permitida” de armas y su seguimiento por las redes del crimen organizado en México, y que derivó en que armas permitidas por Holder-Obama asesinaron a dos agentes de la patrulla fronteriza en 2010.
Los datos, sin embargo, no coinciden: la operación comenzó después de la salida de Medina Mora de la PGR y durante la gestión del procurador Arturo Chávez. La crítica a Medina Mora ignoró por completo la precisión de las fechas y desató una ofensiva en medios acusándolo de lo que no había hecho. Lo interesante fue el hecho de que la crítica se agotó en la supuesta participación de Medina Mora y no —como debió de haber sido— en una revisión del hecho de que autoridades de la PGR del gobierno de Calderón sí permitieron la operación de trasiego de armas.
Una declaración de la oficina de Holder del 19 de septiembre del 2012 reveló que la primera parte de la operación ocurrida en el 2006 fue decidida de manera autónoma por funcionarios de la oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego. Y que “Rápido y Furioso” comenzó en 2009. El reporte “Review of ATF´s Operation Fast and Furious and Related Matters”, del Departamento de Justicia de EE.UU., fechado en noviembre de 2012 (texto íntegro en http://noticiastransicion.mx), revela que la operación “Receptor Abierto” fue realizada autónomamente por la oficina en Tucson de la ATF. Kenneth Melson, director interino que encabezó la ATF, fue destituido en agosto del 2011.
En la página 68 del documento oficial de Justicia de EE.UU se establece que México y sus autoridades no avalaron la operación “Receptor Abierto” y que ésta fue decisión de la oficina de la ATF en Tucson, dependiente de Phoenix. Eso sí, “Rápido y Furioso” sí fue aprobada por Holder pero su fracaso no llevó a la destitución del procurador de Obama por razones políticas.
El debate sobre dos operaciones de trasiego controlado de armas que se salió de control y que al final armó al cártel de El Chapo Guzmán debió de haber sido reabierto por medios mexicanos y no para responsabilizar a Medina Mora que nada tuvo que ver sino para exigir cuentas a los gobierno de Obama y Calderón; sin embargo, la intención fue sólo la de entorpecer el camino de Medina Mora hacia su participación en la terna de propuestas para ocupar la silla de ministro de la Corte que dejó el priísta Sergio Valls Hernández.
En los días de la propuesta y el debate, la política de comunicación social del gobierno federal brilló por su ausencia y Medina Mora y los dos magistrados de la terna fueron zarandeados por los medios. Inclusive, el magistrado Horacio Hernández —propuesto en la terna— fue metido en el juego por su frase de “club de cuates” en la que él ingenuamente estaba por formar parte del juego de ternas. Lo importante fue que esa frase siguió usándose en medios después de haberla retirado públicamente.
La designación de un nuevo ministro de la Corte reveló la profundidad de los escenarios mediáticos adversos que tiene el presidente de la república.