Cuatro meses después, el Barcelona volvió a ponerse al mando de la Liga al aprovechar la derrota del Real Madrid en San Mamés y golear en casa (6-1) al Rayo Vallecano, que plantó cara los azulgranas durante toda la primera mitad, pero que acabó desfondado, ya con un hombre menos, tras la reanudación.
Luis Enrique ya lo advirtió en la víspera: el Rayo es un equipo con personalidad y jamás te engaña. Va a buscarte arriba desde el primer minuto y a disputarte la posesión del balón.
A Paco Jémez le es indiferente que seas el Barça o el Getafe, jugar en Vallecas, en Los Cármenes o en el Camp Nou. Y sobre todo, le da igual perder por uno que por siete, mientras el equipo dé la cara y no traicione su idea de fútbol.
Y así, fiel a su estilo, plantó cara al Barcelona, mientras pudo, que fue durante todo el primer tiempo, el día en que el conjunto azulgrana se asomaba de nuevo al liderato.
Y lo hizo pese a que el partido se le puso ya cuesta arriba muy pronto. Pues a los cinco minutos, ya iba por detrás en el marcador gracias a una gran definición con el exterior de Luis Suárez, sobre la salida de Cristian Álvarez, tras recoger un pase de Xavi.
Porque el de hoy era un partido abonado para Xavi. El Rayo, con el equipo presionando muy arriba, con la línea defensiva casi en el centro del campo, dejaba muchos metros detrás para que el de Terrassa luciera su visión periférica para asistir al espacio.
Luis Suárez y Pedro, hoy sustituto del sancionado Neymar, pudieron aprovecharse de ello en el primer cuarto de hora. El uruguayo sorteó al meta del Rayo en una contra pero no supo definir después ni pasar con precisión a Pedro. El canario fallaría poco después un mano a mano con Cristian que también hubiese supuesto el segundo.
Hasta Messi, muy poco participativo en la primera mitad, tuvo una clara, cuando controló acrobáticamente un regalo de Suárez y, sin dejar caer el balón, intentó hacer un sombrero al portero rayista.
Las ocasiones del Barça eran claras, pero su superioridad engañosa. El Rayo, poco a poco, ganó presencia arriba. Trashorras, Bueno y Jozabé no rifaban un solo balón, y los azulgranas cada vez se sentían más incómodos y más ahogados en la salida.
Trashorras lo intentó con un tiro lejano y también en una falta que se marchó rozando la escuadra. También lo probó Insúa, pero se encontró con Bravo.
Al meta chileno se le acumulaba el trabajo. No por las ocasiones del rival, que no eran claras, pero sí porque tenía que emplearse a fondo con los pies, ofreciéndose una y otra vez a los centrales para ayudar en sacar el balón jugado.
La segunda parte prometía, pero Piqué se encargó de quitarle emoción al choque a los cuatro minutos de la reanudación. Jordi Alba cabeceaba al palo un lanzamiento de córner y el rechace iba a parar a los pies del central catalán, que remachaba el 2-0.
Cinco minutos después, Tito agarraría a Suárez dentro del área y Gil Manzano señalaría el penalti que no había pitado en la primera mitad, en una jugada similar entre el delantero uruguayo y Abdoulaye. Tito además se iba hacía la ducha al ver la segunda amarilla y dejaba a su equipo con diez.
Messi pidió el balón. Los tres penas máximas que había fallado esta temporada lo había hecho lanzando a la izquierda del portero, así que esta vez probó a la derecha. Cristian Álvarez le adivinó la intención, pero el árbitro ordenó repetir el lanzamiento porque algunos jugadores visitantes habían entrado en el área antes de tiempo.
Esta vez Leo repitió de nuevo a la izquierda y anotó el tercero. Ahí acabó definitivamente el partido. El Rayo se rindió. El Barça olió la sangre y se fue a por la goleada. Y Messi, rehabilitado tras el penalti completó un nuevo ‘hat trick’ para igualar a Cristiano al frente del ‘pichichi’ con 30 tantos.
Pudo haber marcado alguno más. Y Suárez y Adriano, pero fue el Rayo el siguiente en anotar. Alves derribó a Bueno cuando este se plantaba solo ante Bravo. Penalti y expulsión del lateral brasileño. El propio Bueno fusilaría al portero del Barcelona para hacer el gol del honor del conjunto madrileño.
En el tiempo añadido, un Suárez en racha haría el sexto del Barça. El Camp Nou, hoy casi lleno en horario ‘infantil’, aplaudía feliz al nuevo líder de Primera División.