Armando Orozco Cázares ganó competencia en silla de ruedas

Armando Orozco Cázares, de Matehuala, SLP, fue el triunfador absoluto de la categoría silla de ruedas en la tradicional Carrera Atlética «Saucito de Oro 2015″, después de cubrir una distancia de 4 kilómetros.
El camelense fue muy superior a sus rivales, no tuvo problemas para imponerse al aprovechar su mejor condición física y experiencia de muchos años. Completó la distancia en 12 minutos 15 segundos, cruzando en primer sitio la meta con su número 270.
Casi cuatro minutos después arribó Juan Rodrigo Saucedo Salazar del equipo Indestructibles parando los relojes den 16 minutos 24 segundos, y detrás de él Ulises Olguín Alanis del mismo equipo con 17’14», y en cuarta posición arribó Ricardo Tovar. En total tomaron parte ocho entusiastas atletas sobre silla de ruedas, que completaron, todos, los cuatro kilómetros, con salida a un costado del Santuario de Nuestro Señor del Saucito, seguir por Av. Fray Diego de la Magdalena y a la altura de la entrada al parque Tangamanga Dos y retornar al punto de partida.
De acuerdo a la convocatoria hubo premiación en efectivo para los tres primeros lugares, más un bono donado por un patrocinador especial.
PUSO LA ALEGRÍA LA CATEGORÍA ESPECIAL
Como cada año quienes pusieron la nota alegre fueron los niños, jóvenes y adultos con capacidades diferentes, ciegos y débiles visuales, síndrome de down, parálisis cerebral, etc, quienes tomaron parte en la carrera atlética 2K «Saucito de Oro 2015».
Poco más de 60 participantes, más sus acompañantes, salieron frente al Templo del Saucito ante una sonora ovación de los asistentes, ellos con una sonrisa dibujada en su rostro, partieron para completar la distancia de 2 kilómetros por toda la Avenida Fray Diego de la Magdalena hasta la calle Vasco de Quiroga y de retornó al punto de partida.
No importando alguna limitación física, ellos no dejaron de sonreír y apoyados por mamá, papá o algún familiar, completaron la distancia y cruzaron la meta ante la algarabía de los habitantes del Saucito, quienes siempre aplauden y gritan a todos los participantes, en algo característico de este sector de la población.
Hubo dulces y medallas para todos ellos, que recibieron minutos después de cruzar la meta, en una gran convivencia que dejo constancia de que «querer es poder».