En la última jornada de la Liga Premier, el Hull City y el Sunderland no provocaron muchas emociones dentro de la cancha y terminaron el partido con un 1-1.
Sin embargo, el espectáculo se lo llevaron los técnicos, Steve Bruce, del Hull, y Gus Poyet, del Sunderland, que primero desquitó su impotencia con una hielera, y después centró su furia contra su colega, con el que casi se agarra a golpes.
A pesar de ser una de las ligas más reguladas del mundo, la Premier no se ha salvado de tener episodios en donde los entrenadores pierden los estribos y se ‘calientan’ más que sus propios jugadores.
Uno de los pasajes más recordados es el que protagonizaron el año pasado Arsene Wenger, entrenador del Arsenal, y José Mourinho, del Chelsea. Tras una dura entrada de Cahill a Alexis Sánchez, Wenger salió de su área técnica para reclamar, por lo que el portugués respondió mandándolo a su banca, lo que provocó que se encararan y se empujaran en más de una ocasión, ante la mirada atónita de los presentes. Otro de los casos que más llamó la atención fue el de David Moyes, durante su etapa con Everton, y Roberto Mancini, que dirigía al Manchester City, durante la temporada 2010. El italiano, frustrado por la derrota de su equipo, interrumpió el paso de Moyes, que inmediatamente respondió con un empujón. Ambos fueron expulsados y escoltados por la policía a los vestidores, aunque después limaron asperezas y declararon que volvieron en sí cuando compartieron el elevador a los vestidores.
Ya en sus últimos años como jugador, el siempre feroz Gennaro Gattuso no aguantó una derrota del Milan en la Champions League a manos del Tottenham y centró su atención en el segundo entrenador de los Spurs, Joe Jordan, con el que se lio a gritos, para después tomarlo del cuello con la intención de darle un cabezazo. La intervención de Harry Redknapp, técnico de los ingleses, impidió que las cosas subieran de tono.
Durante un juego entre Newclaste y el Hull City, David Meyler se disponía a cobrar un saque de banda, pero en su intención de recoger el balón dio un empujón a Alan Pardew, técnico de los albinegros, que no se dejó intimidar y respondió con un cabezazo al jugador.