Al convocar a los actores políticos, partidos, candidatos, autoridades electorales a la civilidad y a la propuesta en las contiendas, renunciando a las campañas sucias, el arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero pidió también a garantizar la integridad de los comunicadores, expuestos a los avatares del proceso.
Lamentó la recurrencia de la violencia política y llamó a los actores político-electorales a sujetar la campaña en busca del voto a la ley y a la madurez política, la propuesta y el abandono de la descalificación de los adversarios para dejar que el ciudadano elija a sus gobernantes y representantes de manera libre y sin coacciones.
El jerarca católico potosino puso en relieve el interés de la comunicación, no sólo en el marco del proceso electoral y el modelo político, sino en general, en la dinámica de la interacción social.
Y en este sentido convocó también a los dueños de los medios de comunicación a no incurrir en conductas autoritarias con sus trabajadores, llegando incluso a amenazarlos con la cesantía laboral.
Jesús Carlos Cabrero Romero destacó el exhorto a la civilidad por el que invitó a los partidos políticos a no suscitar la descalificación en la contienda, entendiendo que ya han elegido, con sus reglas y perfiles al mejor entre sus candidatos, por lo que resulta ocioso que en la campaña se dirima en debates “quien es el más puro, quien es el más noble, quién es el más bueno”. Es mejor dejar que la ciudadanía, que ya está madura –dijo—, el día de la votación ejerza con libertad su derecho a decidir.
—Invitamos a los partidos para que no incurran en campañas de descalificación… ya estamos (cansados) de las descalificaciones y necesitamos procesos limpios, que estos comicios sean ocasión (para) caminar hacia la madurez política (que nos permita) el ejercicio libre y voluntariamente de nuestro derecho (como ciudadanos) a votar.
Con respecto a las estrategias partidistas y gubernamentales por las que se acude a la propaganda utilitaria, como el obsequio de televisores que realiza el gobierno federal, recordó que esta clase de propaganda ha sido tipificada como ilícito político-electoral y llamó a no lucrar con el hambre, recordando que “no tendremos voz (para ser escuchados y atendidos), pero hambre sí y mucha”.
Lamentó los crímenes políticos, como el sucedido en Lagunillas y los crímenes de odio ejercidos contra las mujeres y los niños en San Luis Potosí.
También se pronunció por la recurrencia de robos sacrílegos, en la jurisdicción diocesana, donde (los ladrones) ya no tan sólo van por las placas de bronce, “sino por el dinero de las alcancías en los templos” en la periferia.
—Sucede que ya no van por el cobre (y el bronce de las placas conmemorativas), sino por el dinero de las alcancías.
Aseguró que han ocurrido ya no menos de tres robos. Particularmente en la Zona Oriente de la ciudad y la conurbación.
—Ahí –bromeó—, es donde (los ladrones sacrílegos) sacan el cobre.
Indicó que se han presentado las denuncias correspondientes y aseveró que han comenzado a tomarse medidas emitiendo alertas entre la feligresía y, asimismo, que las autoridades han requerido de la Iglesia que esta coloque sistemas de video-vigilancia y alarmas electrónicas de los que no siempre es posible disponer.