Definidos y registrados oficialmente los aspirantes al gobierno de San Luis Potosí: Juan Manuel Carreras López (PRI), Sonia Mendoza (PAN), Fernando Pérez Espinosa (PRD-PT-CP), Eugenio Govea Arcos (Movimiento Ciudadano) y Sergio Serrano Soriano (Morena), estos, en conjunción con sus partidos y con las autoridades electorales están obligados a sustentar un pacto de civilidad electoral.
Así lo definió la Arquidió-cesis de San Luis Potosí, a través de su vocero, haciendo también un llamado al ejercicio de un voto ciudadano activo, responsable, emitido libremente, sin coacciones de ninguna clase y en función del interés común.
La Asociación Religiosa aseguró que su actuación en el marco electoral se mantendrá estrictamente apegada a derecho; como tal no se pronuncia ni a favor ni en contra de los candidatos y sus partidos: la iglesia no tiene colores partidistas, aseveró Juan Jesús Priego Rivera.
Lo que sí reprocha y condena la iglesia católica, explicó, es la búsqueda del poder por el poder mismo; no la búsqueda del poder para servir, para trabajar comprometi-damente en la construcción del bien común en la independencia de las ideologías de los partidos, de los grupos y las personas.
Por ello se requiere de un compromiso expresado públicamente por los candidatos y sus partidos, un compromiso de civilidad, de apego a derecho, de que no se recurrirá a las estratagemas de la guerra sucia, la deno-tación, la descalificación entre los contendientes.
La elección debe quedar absolutamente en manos de la ciudadanía, no de los intereses particulares, no de los partidos y grupos de poder, sino de los ciudadanos de manera auténtica y transparente, mientras que la calificación de los procesos estará en manos de los funcionarios electorales, en la independencia de los partidos y de los intereses y tentaciones de la llamada clase gobernante. El gran elector no deberá ser otro que el conjunto de los ciudadanos.
