Más austeros que los austeros: Uriarte

Los últimos meses que aún quedan a la rectoría de José Narro Robles serán ocupados por la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, “simplemente para cerrar los programas” que el área ya venía desarrollando. Las finanzas no permitirán hacer más; por el contrario, a partir de este año el presupuesto para la cultura en la máxima casa de estudios se verá afectado en un diez por ciento, afirma María Teresa Uriarte, responsable de la coordinación.
Recortes a algunas entidades fuera de la Universidad como el Antiguo Colegio de San Ildefonso, reducción en la contratación de personal de honorarios y, por lo tanto, de actividades como los talleres que son ofrecidos, se verán afectados con el recorte. “Simplemente estamos cerrando los programas que hemos iniciado, no vamos a hacer grandes cosas, estamos en un periodo de austeridad; ya tenemos mucho rato así, pero ahora estamos más austeros que los austeros”, dice la funcionaria en entrevista.
“Será del diez por ciento a partir de ya, nos afectará de muchas maneras, apoyamos a algunas entidades fuera de la Universidad pues se va a reducir en diez por ciento esa participación por ejemplo a San Ildefonso o en otras actividades que no son de la Universidad; tenemos que reducir un diez por ciento nuestra contratación de honorarios, quiere decir que no vamos a poder tener todos los talleres que quisiéramos o que no vamos a poder tener un seguimiento tan puntual de programas como ¡En contacto contigo!, porque nos hace falta gente y no podemos contratarla, eso es la austeridad con la que estamos viviendo en el país, es muy dramático”, afirma.
A pesar de la situación, Uriarte estima que su paso por la Coordinación ha sido efectiva, sobre todo en lograr fortalecer el contacto de las instituciones culturales universitarias con la comunidad estudiantil, de más de 440 mil integrantes. El 8 de marzo cumplirá tres años al frente del área, a la que llegó para sustituir al escritor Sealtiel Alatriste, quien a partir de las acusaciones de plagio que recibió, decidió dejar el puesto.
Estos tres años, dice la también historiadora e investigadora de la UNAM, “han sido muy intensos, me han permitido conocer otras áreas de la Universidad, citando a Gonzalo Celorio, yo no puedo decir que soy egresada de la Universidad, porque nunca he salido. Es una larga trayectoria universitaria, ha sido un enorme privilegio”.
Su lugar, sin embargo, afirma que ya no es el del servicio público universitario, sino el que tenía antes de ocupar el cargo, como investigadora y catedrática. Su estancia en la oficina de la coordinación, considera, ha sido un favor personal para su amigo, el rector Narro Robles y deberá concluir este mismo año cuando se elija a un nuevo rector de la UNAM.
¿Regresará entonces a su trabajo académico?, se le pregunta: “Claro, yo tengo mi plaza como investigadora, yo ya estoy etiquetada aquí, hasta que me jubile, tengo una plaza”. Pero, ¿no le gustaría continuar aquí, en la Coordinación?, “No, no, no, yo estoy aquí por amistad, el doctor Narro es mi amigo y cuando él me pidió que viniera a la coordinación para ayudarle lo hice por amistad. No, no me gustaría quedarme”, afirma.
No somos Conaculta
Cuando se le pregunta a Uriarte cuáles son los datos que la han llevado a pensar que su administración logró lo que se había planteado, habla de 40 mil jóvenes inscritos en el programa.
¡En contacto contigo!, un proyecto que ofrece a los alumnos de la UNAM entrada sin costo a los eventos de la cartelera cultural universitaria. Una relación más cercana con la comunidad puma, fue el sello distintivo que Uriarte quiso imprimir a su gestión.
“Nosotros no somos Conaculta, somos una universidad que tiene actividades culturales y eso es muy extraño a nivel mundial, son muy pocas las universidades que tengan una importancia como ésta en la cultura. Yo creo que los museos (los siete, de 20 que la Coordinación tiene a su cargo) están mucho más vinculados con nuestros estudiantes, cuando digo que no somos Conaculta, no es porque diga que no tenemos ni competencia, ni admiración por Conaculta, pero a mí lo que más me interesó desde que yo llegue a esta coordinación es tener en cuenta que nuestro sujeto más importante es el estudiante”, justifica.
Uriarte agrega que las actividades culturales en preparatorias “han crecido expo-nencialmente”. En 2015, “seguimos con el FICUNAM, el Festival de Teatro Universitario, el Festival ¡En contacto contigo! que ya no lo vamos hacer aquí, lo vamos a hacer en las escuelas; estamos tratando de que nuestros estudiantes tengan la posibilidad de disfrutar, por lo menos de un evento artístico que les sea significativo y que les lleve a buscar después en su vida profesional y adulta, lo que él país les puede ofrecer”.
Sin arrepentimientos
“Yo no me arrepiento de las decisiones que tomé”, dice Uriarte cuando se le recuerda el tema de la Colección Blaisten, de arte moderno que se expuso varios años en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco. La funcionaria afirma que prefiere no hablar del tema, pero es ella misma quien regresa a él: “no tengo ganas de volver a revivirlo… yo creo que todos salimos perdiendo, yo no lo decidí, lo decidió él, no podía permitir como coordinadora las condiciones de privilegio que él estaba solicitando por encima de cualquiera otra de las direcciones de la UNAM”.
“Es una situación en la que todos perdimos, el señor Blaisten perdió las condiciones privilegiadas para mostrar una colección que ahora tiene guardada. Nosotros perdimos una gran colección y que lástima que no nos pudimos poner de acuerdo, cuando no se dan esas situaciones vienen los conflictos y cuando llegan los conflictos hay que tomar decisiones”, apunta.
Sealtiel fue transparente
“Perfectamente transparente” encontró la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, María Teresa Uriarte cuando sustituyó a Sealtiel Alatriste. A casi tres años de que llegó a la oficina, la historiadora piensa que atrás de la salida del escritor, acusado de plagio, hubo fuerzas externas que se ensañaron con él.
“Yo no encontré nada y lo hicimos (revisar lo que se había hecho), sí había unos contratos que Sealtiel había otorgado a familiares, pero él había sido parte de esa imprenta y ya no era. No había conflicto de interés ni el favorecer particularmente a nadie; es muy difícil hablar de cosas que a mí no me constan, yo no me puse a investigar el trabajo de Sealtiel Alatriste, pero yo sí creo que hubo una ayuda externa, muy fuerte para que se fuera”.
Uriarte no aventura a formular una hipótesis, pero dice que hubo cierta injusticia en el trato que se le dio al excoordinador “derivado de qué, no sé.
Sealtiel no es mi amigo, pero tampoco es una gente que yo considere alejada, lejana, no tenemos una relación de amistad de que él fuera a mi casa o yo fuera a la suya, pero sí me parece que hubo una… ha habido a nivel nacional cosas mucho más serias que no se persiguieron con mucha saña”.
“No estoy justificando nada, pero no.. me parece que a veces la opinión pública, particularmente las redes sociales, puede linchar a una persona sin tener mayor información, el acabar con el prestigio de una persona sin tener todas las bases y no estoy hablando de un caso en particular, estoy hablando en general, bien dice la Biblia: ‘el que esté libre de culpa que aviente la primera piedra’ y yo no soy nadie para juzgar y si mi vida puede ser juzgada, creo que vivo una vida muy transparente”.

Ocultar las cosas, afirma, no va con sus principios: “todo era perfectamente transparente, yo no encontré absolutamente nada que no fuera legal, nada, si lo hubiera encontrado y yo no lo hubiera podido hacer público, no me hubiera quedado aquí. Cuando uno tiene un compromiso muy profundo, como el que yo mantengo con mi Universidad, yo todo lo que tengo en mi vida se lo debo a esta Universidad, no puede uno pasar por alto aquello con lo cual no está de acuerdo, yo tengo mis principios y muy bien fundamentados”.