La zona metropolitana de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez se encuentra a merced de los vándalos que han provocado daños severos en equipamiento urbano y propiedades privadas con destrozos y pintas.
A pesar de los esfuerzos de las administraciones municipales para dar manteamiento a las áreas públicas, estos son insuficientes debido a las numerosas pandillas que asolan la zona metropolitana.
Las bardas del Puente Manuel José Othón, en pleno corazón de la Capital potosina, están severamente dañadas con pintas y destrozos en el barandal. En el sector norte, viviendas privadas sufren daños con incontables pintas cada fin de semana, debido a que las pandillas actúan con el consentimiento de las policías estatal y municipal.
Los llamados de emergencia son nulos de atender y ninguna autoridad se hace responsable de subsanar los daños. Por ejemplo, este fin de semana se reportó la destrucción de vidrios de automóviles en Las Lomas; y a pesar de los llamados de auxilio al 066, jamás se presentaron los policías, según indicaron los afectados.
Las pintas en casas particulares tienen diversos fines, desde advertir cuantos moradores las habitan para poder robarlas, hasta marcar territorios para la venta de drogas, con la venia de los jefes policíacos, que no ha sido capaz de diseñar algún dispositivo eficaz para controlar a las pandillas de la zona norte, oriente y sur de esta metrópoli.
En pleno centro de la ciudad, 12 bancas fueron severamente dañadas, según reportó el encargado de la Dirección de Servicios Municipales, Edgardo Torres Urbina. Recientemente una banca fue totalmente destruida en el céntrico pasaje de Zaragoza, sin que se tenga noticia de quiénes fueron sus autores y si fueron castigados, a pesar de la existencia de cámaras de videovigilancia en el sector.
Torres Urbina reconoció que debió recurrir al apoyo de organizaciones de particulares, como “Nuestro Centro” y “Vive tu Centro” para adquirir nuevas bancas.
De igual forma, se han dañado numerosos monumentos del Centro Histórico, por lo que han tenido que coordinarse acciones con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su rehabilitación, como es el caso de la Caja del Agua que fue grafiteada hace unos días.
Diariamente son también grafiteadas las bardas de los domicilios particulares, con el consiguiente quebranto económico de sus propietarios y el deterioro del escenario urbano, sin que haya sido posible contener la acción de estos jóvenes.