El tenor mexicano Diego Silva (Ciudad de México, 1988) de 26 años protagonizará el Fausto en el Opéra National de Paris (Ópera Nacional de París), una de las instituciones más antiguas e importantes de Europa, sucesora de la que fundara Luis XIV en 1669 con el nombre de Académie Royale de Musique.
La oportunidad la recibió hace algunas semanas, luego de que sus cualidades vocales fueran consideradas para sustituir al tenor polaco Piotr Bec-zala, quien declinó participar en este montaje por encontrarse en el MET Opera de Nueva York. Así, su debut ha sido programado para el próximo 2 de marzo y encabezará siete funciones más en dicho escenario.
El mexicano, que actuará en compañía de intérpretes consagrados como la soprano búlgara Krassimira Stoyanova (Marguerite) y el bajo ruso Ildar Abdrazakov (Mefistófeles), encarnará a Fausto, un viejo erudito atrapado en el cuerpo de un hombre joven.
“Esta será una oportunidad enorme para mí porque se trata de un papel difícil, largo y que a todas luces carga la ópera sobre sus hombros, junto a intérpretes increíbles y con mucha más experiencia”, asegura a Excélsior vía telefónica desde París.
Sin embargo, este joven tenor no es un improvisado. A los 18 años ganó el Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli, en 2014 hizo su debut en el Palacio de Bellas Artes como Tamino en La Flauta mágica, y su debut internacional le llegó como Percy, en la ópera Anna Bolena, en la Sala de Conciertos Tchaikovsky de Moscú. Ahora, reconoce, se encuentra frente al mayor reto de su carrera: un protagónico en una ópera de prestigio.
Sobre su acercamiento a este rol, el joven tenor se dice muy afortunado, pues aunque ya lo había trabajado en la escuela del Curtis Opera Theatre, a los 22 años, esta será su primera participación en un montaje profesional y de alto nivel. “Lo que sé es que puedo hacer un buen papel porque tengo la resistencia vocal para interpretarlo”, expresa con emoción.
De momento, Silva comenta que ha dedicado los últimos días a leer la novela homónima de Goethe, la cual le ha servido para desarrollar mejor su personaje. “Leí la novela y también he pensado mucho sobre mi personaje, pues me es difícil imaginar a un Fausto viejo y amargado que corre por la vida al punto en que ya no puede más y se quiere matar para luego renovarse en alguien joven”.
Más bien él mira a su Fausto “como un joven que ha vivido y leído mucho, un hombre que lo ha estudiado todo y aunque de pronto sea visto como un joven romántico… se trata de un viejo atrapado en el cuerpo de un joven”.
Sin embargo, Silva comenta que lo que más disfruta de Fausto es su forma de expresarse: “Es muy directo, sabe lo que quiere y desde el principio es muy claro… pero algo que me gusta mucho es su duda existencial sobre lo que es la vida y la existencia de Dios; me gusta mucho su sed de aprender y de vivir”.
¿Cuál es el mayor reto vocal de este personaje?, se le cuestiona. “Que se trata de un rol muy grave y a la vez agudo, tiene el famoso Do de pecho en el aria Salut! Demeure chaste et pure… y muchas notas flotadas que exigen un dominio en la calidad vocal, con las cualidades de dos cantantes: un romántico y otro más heroico y dramático”. Luego de que Diego Silva concluya esta serie de presentaciones en el Opéra National de Paris, volverá a la Academia de Artes Vocales (AVA) de Filadelfia para repetir el mismo rol, y posteriormente viajará a la Ciudad de México en el verano y buscar alguna presentación entre el público mexicano.
Sin embargo, desde ahora ya adelanta que para 2016 ya tiene asegurado un lugar en La Traviata que se montará en el Teatro y Ópera en Biel, Suiza, donde le han programado diez funciones entre febrero y marzo de 2016.
¿Por qué volver a México? “En los últimos ocho años no he parado en mis estudios y presentaciones, por eso pienso regresar un poquito a México, a mi cultura y mi familia para tocar base, buscar alguna presentación y volver con fuerza a mi trabajo operístico”.
En retrospectiva
Cuando Diego Silva mira en retrospectiva, recuerda su debut en el Palacio de Bellas Artes en 2014 donde actuó como Tamino en La flauta mágica. “Siempre había querido cantar en Bellas Artes, desde que gané el concurso Morelli en 2007, a la edad de 19 años. Ojalá no sea la última vez y en estos días estaba pensando en eso porque fue justamente hace un año cuando canté Tamino por allá”.
Pero antes de eso, este intérprete que sueña con triunfar dentro y fuera de su patria, reconoce que desde chiquito le llegó el gusto por el canto. “Desde que tengo memoria cantaba en los coros de la escuela y en las estudiantinas, aunque es cierto que al principio me llamó la atención el pop, pero cuando tuve la oportunidad de meterme a clases de canto, quise estudiar ópera para mejorar mi voz. Pero a la segunda clase… ésta me fascinó y ya no pude dejarla”, asegura.
Lo que más apreció, dice, fue el hecho de que la música me pareció mucho más interesante e intensa en el sentido de los colores y la sustancia prima. “Ahora he cumplido 12 años de cantar y se dice fácil pero es impresionante el tiempo que le he dedicado a la ópera”.
Diego Silva, joven tenor de 26 años que aún estudia en la Academy of Vocal Arts (AVA) en Filadelfia.
A los 17 años fue aceptado en la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano (SIVAM), dos años después obtuvo el primer lugar del Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli, y posteriormente se integró al Curtis Opera Theatre, en Filadelfia, donde interpretó el Conde Almaviva en Il Barbiere di Siviglia, Elvino en La Sonnambula, Belfiore en Il Viaggio a Reims, Don Octavio en Don Giovanni y Rodolfo en La Bohème. En 2014 debutó en el Palacio de Bellas Artes de México y meses después fue invitado a interpretar a Percy en la ópera Anna Bolena en Moscú; ahora protagonizará Fausto, de Charles Gounod, en el Opéra National de Paris bajo la conducción de Michel Plasson.
¿Dónde y cuándo?
El tenor mexicano Diego Silva protagonizará Fausto en el Opéra National de Paris los días 2, 5, 9, 12, 15, 18 y 22 de marzo.