El regidor Jalil Chalita Zarur condenó la indiferencia de las autoridades ante la muerte de varios indigentes en plena vía pública durante la actual época invernal. Dijo que deberían existir centros de apoyo que den albergue a estos seres humanos desposeídos de cualquier derecho.
Exhortó a las autoridades municipales y estatales para que hagan a un lado la construcción de obras de “relumbrón” y opten mejor por realizar acciones sociales en beneficio de las mayorías.
“El gobierno debería estar al pendiente de estas personas, abrir albergues para atender a las decenas de indigentes que padece en estos días las inclemencias del tiempo, pues hay muchos que están tirados por el centro histórico y en parques y jardines ¿dónde está la calidad humana? no son animales a los que se les deja morir”, sentenció.
Subrayó que tanto el gobierno como la sociedad en su conjunto deben voltear a ver a esas personas que viven en la vía pública , en condiciones infrahumanas. “Es doloroso ver la indiferencia social ante el cada vez mayor número de indigentes y personas en situación de calle”.
Indicó que la autoridad debe primero identificar los puntos en que se agrupan los indigentes, hacer un censo y acercarse a ellos a través de gente capacitada para brindarles la ayuda .
Señaló la importancia de que el gobierno y las instituciones apliquen con carácter de urgente políticas públicas y sociales para ayudar a ese tipo de gente que vive en condiciones humillantes.
Las cifras oficiales en estos casos, dijo, nunca llegan a ser precisas, “Son personas que generalmente padecen alguna enfermedad de tipo mental; que fueron abandonados por sus familias o que se extraviaron”.
“Es evidente el incremento de hombres y mujeres en condiciones de indigencia que andan por calles y avenidas de la capital potosina y su zona conurbada. Tenemos que hacer algo al respecto”, indicó.
Expresó que el problema del indigenismo se concentra en la mala distribución de la riqueza, puesto que cada vez son menos ricos y más pobres; pero al mismo tiempo, el hombre ha perdido el interés por el propio género humano.
Condenó además que lejos de implementar políticas que garanticen los derechos de los grupos callejeros, las autoridades ejecuten mecanismos de represión, como detenciones arbitrarias; retiros del espacio público a través del uso de la fuerza física; despojo de pertenencias u objetos personales; amenazas e intimidaciones; traslado y abandono en lugares inhóspitos, que han venido ocasionando el sufrimiento, el miedo y su muerte.
Consideró necesario im-plementar una estrategia que incluya a las instituciones públicas y organizaciones sociales en la creación de programas y generación de espacios que permitan conocer la condición de cada una de esas personas.
Finalmente, exhorto a las autoridades para que se tome en cuenta esta problemática y que no deje de ser un tema de desprecio social, en donde no se les tiende la mano y mucho menos se les mejora la calidad y condiciones de vida.