Actores se enferman para gustar en los premios Oscar

Los sobres con los ganadores de los Oscar han estado llenos de sorpresas a lo largo de los años, pero hay una tendencia que persiste, los miembros de la Academia se ven conmovidos por la enfermedad.
De 1988 a 1997, ocho de los actores ganadores interpretaron a un personaje con alguna discapacidad física o mental o enfermedad. La tendencia ha sido menor entre las mujeres, pero este año los papeles de ellas con alguna afección son claramente favoritos en la categoría.
En la 87 edición de los Oscar los principales contendientes para los premios de la Academia son Eddie Redmayne, por su retrato de un Stephen Hawking con esclerosis lateral amiotrófica en La teoría de todo y Julianne Moore (quien ha sido nominada en cinco ocasiones a los Oscar), por su retrato de una mujer con los primeros síntomas del Alzheimer en Siempre Alice.
Ambos han ganado en los premios del Sindicato de Actores y en los de la Academia Británica y de alguna manera su éxito en los Oscar se ha esperado desde hace meses.
Los papeles de discapaci-dades y enfermedades premiados por la Academia han existido desde el comienzo, desde finales de la década de los 70 y al llegar a un punto máximo a mediados de los 90, todo comenzó a parecer una fórmula.
Por ejemplo Dustin Hoff-man en Cuando los hermanos se encuentran, Daniel Day-Lewis en Mi pie izquierdo, Tom Hanks en Forrest Gump, Al Pacino en Perfume de mujer, Geoffrey Rush en Claroscuro, o Colin Firth en El discurso del rey, por mencionar algunos.
¿Cómo es posible que esto vuelva a suceder? Incluso los considerados con menos posibilidades para ganar caen en este patrón: Bradley Cooper retrata al atormentado soldado Chris Kyle en El francotirador, o Michael Keaton con brotes esqui-zoides en Birdman. Alan Turing, a quien encarna Benedict Cumberbatch, parece tener tendencias del síndrome de Asperger en El Código Enigma.
La respuesta es que los Oscar quieren ver el esfuerzo.
“Hay cosas que parecen atraer a los miembros de la Academia: Actores que interpretan a gente verdadera, actores que pasan por una gran transformación física para sus papeles y actores interpretando una enfermedad o afección específica, ya sea mental o física”, dijo Dave Karger, principal corresponsal de Fandango. El papel de Redmayne cumple todas esas expectativas. Uno de los motivos para Karger es que la actuación está ahí.
“Es muy claro y sencillo apreciar el reto que tiene el actor para abordar una enfermedad o afección de la que todos hemos escuchado o que ha afectado nuestras vidas, y encarnar la forma en la que se enfrenta”, dijo Karger.
El trabajo de los actores y su proceso se construye en esas actuaciones de una forma entendible para los que no son actores. “Es como un gran discurso o un gran accidente. Es algo que cuando los votantes tienen las boletas frente a ellos pueden recordar y tener un recordatorio fácil de qué fue tan grande sobre esa actuación en particular”.
Los mismos actores parecen no poderse resistir a ese reto. “Se sintió como resolver un rompecabezas”, dijo Redmayne en el Festival de Cine de Toronto del año pasado. El actor pasó casi cinco meses investigando, reuniéndose con Hawking, su familia, sus viejos estudiantes y especialistas para saber cómo progresa la enfermedad y cómo afecta el cuerpo. Su meta era “ser muy detallado en la degeneración física”.
El personaje de Moore es ficticio, pero era importante para ella y los directores mostrar un retrato realista de los primeros efectos del Alzheimer. Para prepararse la actriz se adentró en el mundo de los médicos y de los pacientes.
“Comencé realmente de cero”, dijo Moore el año pasado. “No quería representar nada en pantalla que no hubiera visto. Me parecía que ésa era la manera justa de hacerlo”. Pero el proceso y la transformación no significan nada si lo que termina en la pantalla no conmueve a la Academia.
“Cuando se trata de miles de personas votando, generalmente la mayoría vota con el corazón”, dijo la propietaria de AwardsDaily.com y bloguera de Oscar Sasha Stone.
“Necesitan esa urgencia; generalmente esto se materializa en la forma de alguien por quien sienten lástima, a quien quieren ver superando la discapacidad”, dijo.
De alguna manera la expectativa del reconocimiento para este tipo de actuación puede hacer valer menos el trabajo de los actores ante los críticos.
“No quiero que parezca que alguien puede interpretar a un enfermo y ganar un Oscar. Eso viene de la confluencia del papel correcto y el actor correcto”,dijo Karger.
Por otra parte, según el profesor de la Escuela de Artes Cinematográficas, Jason Squire, lo positivo de estas actuaciones es que “hay una tendencia saludable para socializar con estos personajes”.