Una Jalada de la UNAM: “Mexicanos Felices”

Ya es preocupante el alto nivel de palafrenero que ha alcanzado Pepe Narro, rector de la UNAM. Creo que ya lo perdimos. Si se ha caracterizado siempre por prestarse para un barrido o un trapeado, ahora rebasó sus propias expectativas.
Alguien del Consejo Universitario, si no es mucho pedir, debería llamarle la atención por permitir que un organismo de la Máxima Casa de Estudios propale a los cuatro vientos, y con presupuesto puma, un estudio donde se sentencia que el 82.5% de los mexicanos está muy feliz con su vida, su situación, su entorno.
Como universitario, me duele que estos vivales acomodaticios, con almas de lazarillo y cabezas de cántaro, como Narro, utilicen los dineros y el prestigio de la Institución para semejantes sandeces, que atentan contra la opinión objetiva y lo que debería defenderse: el espíritu de investigación crítica de la UNAM.
Según el «estudio», todos los mexicanos que ganan más de cinco mil pesos mensuales viven en un estado de confort y realización como cualquier habitante del planeta (!). Tronco de culebrón, éste puede convertirse en un episodio estelar de «lo que callan las mujeres». ¿No cree usted?
El último que se colgó de esta soberana tontería fue el mentecato Ernesto Cordero, panista defenestrado, ex secretario de Hacienda de Calderón, quien se atrevió a decir que todos los que ganaban seis mil mensuales podían tener carro, alimentación, casa propia e hijos en el ITAM… aunque después egresaran como Cordero.
¡Hasta los panistas de escapulario se avergonzaron de tamaña pendejada!
Y, desde el punto de vista estadístico, el Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática, a través de encuestas domiciliarias, llegó a la terrorífica conclusión que sólo el 7% de los mexicanos ganan arriba de los diez mil mensuales.
Estadísticas de la miseria, sobre todo con la espada de Damocles sobre la cabeza. Con los monstruos de la carestía, la inflación cotidiana y la reetiquetación de productos básicos de consumo, la amenaza perenne de los gasolinazos, el dólar a más de quince pesos, el cobro del derecho de piso, el desempleo rampante, y un largo etcétera.
¡Qué poco respeto a los habitantes de México, que todavía tenemos que padecer el ataque mediático sobre las ocurrencias de estos cagatintas, queriendo quedar bien con los que creen que todavía son los dueños del pandero!
En ese orden de ideas, el 82.5% de la encuesta universitaria, es igual al 93% del estudio demoscópico del INEGI, por una mínima diferencia de pesos y centavos, pero ambas cifras, soportan una aberración conceptual y académica: la pobreza significa felicidad (!)
Pepe Narro Busca Desplazar a Chuayffet
Ni en los mejores tiempos de Emilio El Tigre Azcárraga se pudo haber sustentado, con «rigor académico», aquella aseveración –soltada un Día de la Libertad de Expresión– de sólo dedicarse a «hacer televisión para los jodidos», junto a la otra de «ser sólo un soldado del Presidente», del mismo autor cavernario, ignorante y ramplón.
Por embarcarse en esa canalla y dedicarse nada más a sacar todas las castañas del gato, Pepe Narro cayó en su propia trampa, pero en ella arrastró el poco prestigio que le quedaba a mi Alma Mater, a la que alguna vez los paniaguados de Juan Ramón de la Fuente se alcanzaron la puntada de «rankear» en los primeros lugares del mundo.
¡Todo, por querer sentarse en el mismo sillón del toluquita Chuayffet!
¿Qué no sabe el ingenuo Narro que esa silla ya está salada? ¿No ha habido un alma caritativa que le diga que tiene mucho que la SEP ya no existe, porque el descendiente de árabes abjuró de la posibilidad de ejercer el cargo? ¿Que sólo se dedica a esquivar a los de la CNTE por todo el país y a comer desesperada y ansiosamente chocolates Toblerone?
¿No ha logrado entender, desde su jerarquía académica, que la SEP se convirtió en una caja concentradora de pagos –y beneficiaria de los interese$ bancarios– a los «maestros» que en vez de dar clases se dedican a vandalizar al país?
¿Que es una bolsa de trabajo –igual que todas las secretarías y organismos públicos desconcentrados y descentralizados– para ocupar, con sueldos inmejorables en el mercado, a mexiquenses sin oficio ni beneficio?
En su loca carrera hacia la SEP, el todavía rector Narro ha dejado toda la zalea.? Ha querido ser intermediario, gestor, caporal, traductor, maestro de ceremonias, telonero, apuntador y lo que se le ocurra mañana… de todos los deseos que no alcanzan a balbucear correctamente en la casa presidencial.
¿El Mejor Mexicano? ¡El Muerto de Hambre!
Pero Narro tiene que entender?: sus mejores tiempos, cuando logró los ascensos dedicándose de cuerpo entero a satisfacer todos los caprichos y las jugarretas febriles del doctor Sarukhán, ya pasaron a la historia. La UNAM tiene cometidos más altos que colocarse como la lambiscona de los «poderosos».
Está en el poder una Pandilla, la Atracomulca, a la que no le interesa operar nada que huela remotamente a libros –sobre todo, después del oso aquél de la FIL– y desprecia olímpicamente a la Universidad Nacional. No pasará, parecen decir los oráculos mazahuas.
De nada sirven las ofertas no pedidas de Narro, ni su servilismo enfermizo por quedar bien con todo lo que quieren, ni sus mejores oficios al tenderse como tapete de Temoaya –among all places– a los pies de La Pandilla de execrables.
No faltará quien aterrice al «doctor» Narro. Que le pida adecue esas encuestas a explicarle a los acapulqueños? por qué si son tan felices los habitantes del puerto, seis carteles y diecisiete grupos de sicarios se despedazan por la titularidad de la venta de la droga en ese «paraíso tropical». O que las afine para explicarnos cómo le hace el 89% de mexicanos que no ganan ni eso, los 5 mil pesos, para poder comer, si es que lo hacen, ¡y aún así son muy felices con su familia y su entorno!¡Qué manera de vivir la felicidad tenemos los mexicanos!, ¿no cree usted?
Me acordé de George Orwell, durante su tiempo de vagabundo en Londres, cuando decía que nadie le podía pedir felicidad, buenos modales e ideas inteligentes a un clochard que no trajera un penique en el bolsillo.
Para Narro, es al revés: el hombre es más feliz, mientras más miserable esté. El mejor habitante del país va a ser pronto el muerto de hambre, el limosnero, el desahuciado.? ¡Qué gran investigador es Narro! Le está ahorrando todo el trabajo a los toluquitas.
Lo peor es que no tardan en aparecer apoyadores «académicos» por racimo? a esta nueva teoría de la felicidad («que es una forma de navegar por esta vida que es el amor», dijera el hijo de El Charro Gil (hoy revolcándose en su tumba).
Y el Mejor Aliado de EPN es Quien le Aplaude
El mal ejemplo cunde. Al rato, van a continuar en el escenario, los intelecuales foristas de Televisa, apabullándonos con las explicaciones de por qué han bajado los índices de violencia y de impunidad?, aunque la gente no les quiera creer.
Ya bajaron hasta los índices de homicidios, secuestros, extorsiones, y lo que usted mande, cuando lo único que ha bajado es la capacidad adquisitiva de un peso? devaluado, endeudado y estirado a extremos de tortura. Y, aunque no lo quieran analizar así, ha bajado la confianza que tenían los mexicanos en sus autoridades, a tal grado que ya nadie denuncia sus sinsabores y los atracos que sufre, para que los de la barandilla no sepan dónde vive y no lo vuelvan a boletinar con los rateros y asesinos.billete / ¡se sacó la Lotería!”