Grupo Bal entrará al sector energético y lo hará de la mano de quien fuera director de Pemex Exploración y Producción (PEP), Carlos Morales Gil, cuya experiencia de nueve años en la ahora empresa productiva del Estado le dará una ventaja competitiva e inclusive información privilegiada frente a sus otros competidores, dijeron expertos.
Ayer el corporativo, propiedad de Alberto Baillères, confirmó que constituyó Petrobal, empresa con la que busca incursionar en la industria petrolera. Un portavoz de la compañía aseguró que el holding buscará llevar a la nueva empresa a cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores en un tiempo todavía no calculado, por lo que esta sería la sexta empresa pública en manos del conglomerado de la familia Baillères.
“Sin duda, la nueva empresa sacará provecho no sólo de la experiencia de Morales Gil, sino de toda la información privilegiada que asimiló durante su paso como director de PEP”, indicó el ex asesor del Consejo de Administración de Pemex, Carlos Huerta. La Ley de Responsabilidades de los Funcionarios de la Administración Pública establece que un funcionario deberá dejar pasar al menos un año para contratarse en una empresa.
del mismo ramo en el que desempeñó su cargo.
El pasado 7 de febrero, Carlos Morales Gil, ex director de PEP de 2004 a 2013, cumplió un año de haber renunciado al cargo en una de las filiales más importantes de Pemex, PEP, la encargada de buscar petróleo y gas en el país y plataforma marítima nacional.
Sin embargo, uno de los problemas que pueden surgir con la incorporación de Grupo Bal a la industria petrolera es un posible conflicto de intereses del actual consejero independiente de Pemex, Jaime Lomelín Guillén, quien también es consejero propietario de Peñoles, S.A.B. de C.V., además de director corporativo de Técnica Administrativa Bal, S.A de CV.
El ex consejero de Pemex Fluvio Ruiz dijo que el “fichaje de lujo” de Grupo Bal es una llamada de atención para evitar que el talento de Pemex migre hacia la iniciativa privada.
Grupo Bal genera ingresos por más de 160 mil millones de pesos anuales y su dueño, Alberto Baillères, controla casi 1% del PIB del país, según cálculos de la organización Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (Poder).
