Juan Soriano «El Mozart de la Pintura»

El artista plástico Juan Soriano es recordado como un creador que siempre hizo propuestas de avanzada, dejando una obra que enaltece la cultura y el arte mexicano, como lo evidencia el hecho de que tres esculturas semiabstractas se exhiben ahora en Nueva York.
En su noveno aniversario luctuoso, que se cumplirá este martes, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) rinde tributo al dibujante, pintor, escultor y escenógrafo nacido el 8 de agosto de 1920 en Guadalajara, Jalisco.
En entrevista difundida por el Consejo, el escultor Sebastián consideró a Soriano como un importante representante de la plástica mexicana, que produjo una obra que ha representado a México de manera excelsa a nivel internacional.
Es una figura absolutamente reconocida a nivel internacional y nacional”, destacó Sebastian, para quien uno de sus mayores valores es la extraordinaria fantasía del creador de la escultura “Luna”.
Por separado, Vicente Rojo ha dicho que el legado de Juan Soriano es importantísimo dentro de la pintura mexicana. “El hecho de que su obra se mantenga vigente radica en la gran calidad que tenía su trabajo, esa es la manera en la que una pintura puede trascender”.
Para el escultor nacido en Barcelona, España, Juan Soriano tuvo el valor de romper en determinado momento con toda esa trayectoria que tenía dentro de la Escuela Mexicana de Pintura para crear formas muy personales.
De Juan Soriano me parecen muy valiosos todos los retratos que hizo de Lupe Marín. Fue una época muy rica y atrevida, creo que en algún momento debería verse toda esa obra reunida”, indicó el también miembro de El Colegio Nacional.
Conaculta recordó que en los años 30, Soriano realizó retratos en los que exploraba el espíritu del retratado.
Hacia 1940, hizo varios bodegones con ecos de la pintura decimonónica, provinciana y costumbrista, en donde las madréporas, frutas, caracoles, y calaveras son parte de su capacidad inventiva.
Entre 1942 y 1950 Juan Soriano privilegió el retrato y le realizó a Lola Álvarez Bravo, María Asúnsolo y Pita Amor.
Ello le valió a partir de 1950 recibir diversos galardones, montar exposiciones y alcanzar el reconocimiento creciente de la crítica, lo que se tradujo en años de intenso trabajo en los que pintó, esculpió, dibujó y diseñó escenografías y vestuarios para montajes de danza y teatro. En su obra pictórica también hizo alusión a la tierra, al mar, al aire, a animales como perros, gatos, cocodrilos, caballos, aves, y murciélagos. En los años 1961 y 1962 se dedicó a pintar una serie de Lupe Marín que se consideró un trabajo consagratorio de Soriano, y cuya etapa significó una indagación en el abstraccionismo.
Además de la gran pintura que realizó, en sus últimos años demostró su capacidad escultórica. Las primeras piezas que le conocí fueron cerámicas extraordinarias, pasó a los bronces monumentales e hizo colecciones muy grandes de producción monumental.
Cuando se fue de México y se sumergió en un mundo artístico transnacional más amplio en Roma, París y otras ciudades, así, su arte comenzó a mostrar evidencia de la inspiración en las abstracciones del informalismo español, del tachismo francés y del expresionismo abstracto de Norteamérica.
Para el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014 en el área de Bellas Artes, Arnaldo Coen, Juan Soriano se expresó en sus inicios de una forma muy clásica para luego cambiarla a finales de los 50. “De alguna manera abrió un camino junto a un grupo de gente, para rescatar lo que es una visión universal del arte”, refirió.
Creo que Juan Soriano aportó muchísimo en esa transición que llamaron de la ruptura, que pienso más bien fue una transición de un grupo de artistas que no se sumaron al movimiento nacionalista en México”.
Soriano “no se estancó en una sola época o en un solo estilo que ya supuestamente había conquistado, fue un gran experimentador. Se dio la libertad de experimentar en varias épocas, en diferentes estilos, creo que no hay que tratar de encontrar en su obra una singularidad”, ponderó Coen.
Juan Soriano murió el 10 de febrero de 2006, a la edad de 85 años, y recibió un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes.
A nueve años de su fallecimiento, su obra se mantiene presente, al exhibirse a lo largo del país en diferentes muestras, y su obra escultórica monumental está dentro de paisaje artístico de la ciudad de México, Guadalajara, Villahermosa, y Monterrey, con esculturas como “La Paloma” (1991), “Luna” (1993), “Ola” (1993) o “Dafne” (1998).
Actualmente tres representaciones semiabstractas creadas por Soriano en el 2005 se exhiben en la Plaza Dag Hammarskjöld, de Manhattan, en Nueva York: Ellas son Pájaro III, Pájaro de dos caras y Paloma de bronce, aves que superan los tres metros de altura y las cuales permanecerán hasta el 30 de abril próximo.