Hasta seis o siete de cada diez niños o niñas son víctimas de pedófilos y pederastas que se aprovechan de la desintegración familiar, la ignorancia y la drogadicción en que están inmersas sus víctimas, sin que existen instancias que los proteja, señaló el director general del Consejo Latinoamericano de Recreación, José Luis Murillo Gon-zález.
El especialista en Psicología señaló que estos abusos son “una situación que vivimos socialmente y más de las veces ocultadas, en donde los depredadores sociales fundamentalmente son el pedófilo que ataca niños entre 2 y 10 años y el pederasta que está al acecho de pubertos adolescentes”, indicó.
Murillo González dijo que los padres de familia deben estar orientados para prevenir ese tipo de ataques, pues es en el ambiente familiar donde a veces está el peor enemigo o bien el ambiente escolar donde desgraciadamente existen pequeños que están prematuramente violentados que terminan por practicar acoso escolar.
Indicó que el entorno ideal para este tipo de depredadores se da cuando la víctimas están más vulnerables como en el desarraigo familiar y si es adolescente niña es vulnerable porque si tuvo falta de afecto paterno el pederasta adulto va a proporcionar ese afecto, “en el mejor de los casos si seduce entonces la chica cae en las redes de este tipo de perturbadores o depredadores sociales, pero si viola es lo condenable, porque en la primera hay consenso pero en la segunda hay un abuso, una situación delictiva”.
Sostuvo que en el caso de los pedófilos que están al acecho de pubertos o adolescentes, puede ser desde la persona más sencilla que te puedas encontrar en la calle “hasta los de cuello blanco o las instituciones espirituales”.
Añadió que en estos casos el depredador busca adolescentes que se drogan, “si ves a un adolescente que se está moneando ese adolescente puede ser víctima de un pederasta. La chica que llega a un antro con toda la banda de sus amigas o amigos y está conviviendo y ya se tomó dos o tres chelas entonces el pederasta está al acecho de ese niño o adolescente mujer o hombre”. Dijo que otro factor es la ignorancia en educación sexual que hace al adolescente vulnerable, “esto no se da solamente en una situación de pobreza, en todos los sectores sociales, ‘hasta en las mejores familias´, estamos expuestos a esta situación se presente”.
Por último, el especialista invitó a la comunidad potosina a organizarnos para enfrentar a quienes ya fueron objeto de algún abuso sexual y a prevenir a los padres y a los profesionistas del sector salud que estén interesados e integrarlos a que sean parte de una organización a favor de la rehabilitación positiva y madura de los niños que han sido objeto de abuso sexual.
