Clase política está por encima de leyes, afirma Obispo Vera

La denominada clase política mexicana se ha ubicado por encima de las leyes que rigen al resto de los ciudadanos haciendo de sus posiciones públicas un oficio de corrupción y sus carreras políticas un modus vivendis y operandis para hacerse ilegítima e ilegalmente de fortuna y poder, criticó el obispo de Saltillo, José Raúl Vera López, tras impartir en una universidad privada de San Luis Potosí una conferencia magistral.
El jerarca de la arquidió-cesis coahuilense se ha convertido en un puntual crítico del sistema político mexicano y ha propuesto, ante la descomposición generada por la clase política, una nueva asamblea constituyente.
Consideró que la sociedad civil mexicana debe proponerse, con su participación, el cambio radical al actual estado de cosas para preservar la certidumbre del derecho, acabar con la cultura de la corrupción y de la impunidad que empaña gravemente a la interacción social.
Dijo que este fenómeno de la ambigüedad y del relati-vismo impuestos convenen-cieramente por el pragma-tismo, el interés personal y la ambición política. Y de este fenómeno, dijo en una postura autocrítica, como se observa no escapa la Iglesia Católica.
En el marco de los procesos electorales abiertos y que han generado ya el que no pocos servidores públicos por elección o designación estén recurriendo a la solicitud de licencias para abandonar su responsabilidad y aspirar cínicamente a obtener el voto de confianza de la población en otras encomiendas públicas, indicó que esta práctica raya en la inmoralidad y, por supuesto, en la ausencia de ética.
Los llamados “chapulines”, dejó en claro, sólo buscan su confort y no servirle a la comunidad; buscan aprovechar las posiciones públicas para sí mismos, autoconcedién-dose, una vez alcanzados los votos ingresos que verdaderamente ofenden la pobreza de millones de compatriotas.
El abuso de sus posiciones de poder, resulta inocultable, tanto que no se puede descuidar que por generaciones han vivido del erario público cometiendo actos de abierta deslealtad y raterías en la más absoluta y grosera impunidad.
El fraile dominico, Premio Nacional de Derechos Humanos Sergio Méndez Arceo en el año 2000, sustentó su propuesta de convocar a una Nueva Asamblea Constituyente, dando por sentada la irreversibilidad de la llamada “clase política” mexicana.b