El Super Bowl se abraza a México como socio preferente

Hace tres años, al empresario mexicano David Farcas le llamaron para que formara parte de “la organización del mayor partido de fútbol del mundo”. “Y yo pregunté: ¿hablamos de soccer?”, reía el viernes por la tarde en una entrevista con EL PAIS. Después de 16 años afincado en Phoenix, Arizona, Farcas es aficionado al fútbol americano. Pero lo que no sabía cuando entró a formar parte del comité organizador de la 49 edición de la Super Bowl es que México es el segundo mercado más grande para este evento, y que la final que se juega este domingo iba a ser la más mexicana de la historia.

Se estima que México tiene 23 millones de aficionados a la liga de fútbol americano (NFL), el segundo mercado más grande después de Estados Unidos

México tiene una presencia sin precedentes en esta Super Bowl como uno de los patrocinadores de la fiesta. La Secretaría de Turismo ha ocupado una calle entera en la enorme feria comercial que ocupa buena parte del centro de Phoenix. Allí, aparte de comida y bebida, el país se anuncia como destino turístico en grandes carteles y los visitantes se toman fotos con fondos de conocidos destinos mexicanos. El jueves, todos los artistas que actuaron en la fiesta eran latinos. La Secretaría de Relaciones Exteriores ha preparado carteles especiales con los datos básicos de contacto del Consulado en Phoenix para los mexicanos que acudan al evento. El Estado de Sonora tenía su propio puesto de promoción turística durante el Open de golf de la ciudad, el pasado viernes.

Se estima que México tiene 23 millones de aficionados a la liga de fútbol americano (NFL). Es el segundo mercado más grande después de Estados Unidos para este deporte exclusivamente norteamericano, muy por delante de Canadá. De esos, alrededor de siete millones de aficionados son fanáticos de los que saben todo sobre estadísticas y traspasos. El Comité Organizador de la Super Bowl 49 estima que el 10% de los alrededor de 150.000 visitantes de fuera de Arizona que ha recibido Phoenix este fin de semana serán mexicanos.

México, la frontera sur de Arizona, es también su principal socio comercial, una realidad paralela a la beligerancia de sus políticos en el tema de la inmigración irregular. Farcas, que dirige la empresa de interiorismo TOH Design Studio en Phoenix, participó en reuniones con empresarios en Guadalajara, DF, Monterrey y Hermosillo en un esfuerzo por conseguir patrocinios mexicanos para el evento que se hace por primera vez. El intercambio comercial entre México y Arizona se estima en 14.000 millones de dólares anuales. En la fiesta de la Super Bowl hay unos 6.000 periodistas de todo el mundo. “El Gobierno de México ha visto que es una oportunidad muy buena de promoción”, dice Farcas.

El intercambio comercial entre México y Arizona se estima en 14.000 millones de dólares anuales

Que Arizona busque implicar Sonora y México en el mayor evento que va a organizar en años no es exactamente un plan de internacionalización, sino la salida comercial natural de esta zona. “Queríamos representar la realidad de Arizona como Estado, demostrar al mundo lo que es Arizona”, dice Farcas. “El 30% de la población es hispana y nuestro vecino y principal socio comercial es México”. Este año, por primera vez, todo el material informativo y publicitario de la Super Bowl está en inglés y en español. De nuevo, no es más que el reflejo de la realidad bilingüe que se oye en las calles de Phoenix y que cada día es más evidente en el oeste de EE UU.

El viernes por la noche, Moisés Esquivel y Raimundo Garay, dos estudiantes de informática de Guadalajara, paseaban y se hacían selfies con sus amigos en la feria de la Super Bowl en Phoenix. Se encuentran haciendo un mes de intercambio en la Universidad de Arizona Tempe, como hacen más de cien cada año. En el stand de México, otro grupo de estudiantes mexicanos se hacía fotos frente a representaciones de las pirámides. La frontera entre los dos países la forman dos ciudades unidas por el nombre y separadas solo por una valla: Nogales de Arizona y Nogales de México. No solo tienen el mismo nombre. “En realidad, todo es una misma zona”, decía uno de los estudiantes.