Multitud agobia a Francisco Toledo en el Metro

Doña Sara se acercó a Francisco Toledo para darle uno de los calendarios que ella misma diseña: “Luego se me pierden”, le contestó el artista. Después, el zapoteco tuvo que sortear a otras decenas de admiradores que se le acercaban, y fingir una sonrisa amable para los funcionarios que buscaban su mano. En torno al lugar se congregaron unas 200 personas que iban a ver al pintor, en su primera exposición inaugurada en el Metro de la Ciudad de México.
Y tenía que ser en la estación Zapata: la muestra se titula El maíz de nuestro sustento y forma parte de una campaña impulsada por el artista en contra de toda ley a favor de los cultivos transgénicos. La presencia de Toledo animó para que la mañana se convirtiera en un acto para el reclamo social: primero a favor de la causa que abandera el artista plástico, después en contra de dar “carpetazo” al caso de los normalistas de Ayotzinapa asesinados y, al final, también para abuchear a las autoridades que asistieron.
La diputada Aleida Alavez, quien llegó iniciado el acto, volteó a ver sorprendida a uno de los organizadores cuando después de su nombre se escuchó un prolongado abucheo. Pero también recibieron rechiflas, el diputado Alejandro Ojeda y los funcionarios del Metro, Ricardo Olayo Guadarrama, director de Medios, y Tania Arroyo, gerente de Atención al Usuario, a quienes los asistentes gritaban: “¡Metro popular!”.
Francisco Toledo, por el contrario, recibió una calurosa recepción: “Viva Oaxaca, viva Toledo”, le gritaban. “Es un ejemplo, maestro”, se escuchaba al mismo tiempo que el sonido de un caracol. Veinticinco imágenes intervenidas por el artista y colgadas en los pilares del llamado pasaje Zapata, justo en el transbordo entre la nueva Línea 12 y la 3, llamaban la atención de algunos usuarios que en medio del trajín diario se detenían para tomar una foto con su celular.
La mayor parte de las imágenes fueron localizadas por el fotógrafo Rafael Donis; se trata de tomas realizadas entre las primeras décadas del siglo XX que Donis imprimió sobre papel de algodón para que Toledo las interviniera con pinturas de pastel. Las imágenes muestran escenas rurales en las que el artista agrega elementos como mazorcas, granos o plantas de maíz, proponiendo una alegoría festiva a la alimentación mexicana.
“Lo que pedimos pues son las firmas para apoyar la causa contra el maíz transgénico, es a favor de la salud y a favor de una gran tradición”, dijo Francisco Toledo ya en la calle. Luego de los discursos que se pronunciaron siguió el alboroto, el artista fue asediado por algunos miembros de la prensa y del público. “Voy a tratar de no venir nunca más… pero, bueno”, le dijo a una reportera que le preguntó por su regreso a la Ciudad de México. Asediado, en gran parte por el propio personal del Metro que pedía “respetar el espacio vital del Maestro”, Toledo fue conducido a una de las oficinas dentro de las instalaciones del medio de transporte; después salió nuevamente con la esperanza de repartir unos cuantos volantes pero su tránsito fue imposible; en el segundo intento el artista custodiado salió por las escaleras hacia la calle. Ahí accedió a decir unas palabras.
Su breve respuesta estuvo dedicada a los estudiantes de Ayotzinapa asesinados, “estamos muy conmovidos en todo el país, (estoy) muy conmocionado por este crimen”.
El artista dijo que el reporte de las autoridades mexicanas “está incompleto, hay la versión de Amnistía Internacional también, que dice que no se puede dar carpetazo ¿no? que se tiene que hacer una investigación”, señaló. El oaxaqueño sólo estuvo unos cuantos minutos en el lugar, después detuvo un taxi sobre la misma avenida de Félix Cuevas y se fue del lugar.
La exposición de Francisco Toledo forma parte de una cruzada que busca recabar un millón de firmas para suscribir una carta enviada por el artista a la Presidencia de la República, a favor del maíz nativo y en contra del transgénico. Durante una semana las mesas para firmar permanecerán en las estaciones.