Horrores que sufriría la Tierra con dos grados más de temperatura

El año 2014 fue el más cálido desde que comenzaron los registros en 1880, según anunciaron la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
En cifras concretas, las temperaturas de la tierra y los océanos fueron 0,69 grados centígrados más elevadas que la media del siglo XX.
El anuncio llegó en los primeros días del año, y en momentos en que los negociadores internacionales siguen buscando un acuerdo global para reducir las emisiones de dióxido de carbono y mitigar el cambio climático (consenso que solo estaría listo a finales del año para aplicarse desde 2020).
También se conoce en medio de una reciente alerta emitida por el Banco Mundial, a través del estudio ?Bajemos la temperatura’, en el que advierte que si la ciudadanía y los gobiernos siguen tolerando un termómetro desbordado, las olas de calor y otros fenómenos extremos que se producen cada 100 años o más, y que hoy son llamados ?inusuales’ o sin precedentes, se volverán constantes y pasarán a considerarse normales.
Se sabe que la humanidad hoy lucha para que la temperatura promedio global no suba más allá de 2 grados. Pero ya con un aumento de 1,5 grados promedio habría estragos.
Según dice esta investigación, en la que participaron científicos del instituto Postdam Climate Impact Research y Climate Analytics.
Oriente Próximo y el norte de África, por ejemplo, tendrán cada vez menos agua disponible. Asia vería inundaciones aún más agresivas, y países de Europa oriental, como Rusia, perderían sus bosques.
Para América Latina y el Caribe, las cosas podrían ser devastadoras, principalmente para la productividad agrícola, el régimen hidrológico y la biodiversidad.
Las zonas secas serían más secas, y las húmedas, más húmedas. Solamente en Brasil, con dos grados de aumento en la temperatura, las cosechas de soya podrían bajar en un 70%.
Si la temperatura llega a crecer entre 2 y 4 grados, todos los glaciares de los Andes, ya disminuidos, terminarían por desaparecer, lo que traería mayores riesgos de inundaciones y escasez de agua dulce para capitales como Quito, Lima, Santiago y La Paz, cuyos abastecimientos dependen precisamente del hielo de esas montañas.
De paso, los páramos sufrirían deterioros irreparables. La temperatura en ellos será cada vez mayor, lo que perjudicará su flora especializada en retener agua y, de paso, el saneamiento de ciudades colombianas, entre ellas Bogotá, cuyo abastecimiento hídrico depende del páramo de Chingaza.
El Banco Mundial advierte que al subir la temperatura promedio, el potencial pesquero disminuiría en 50%, porque los peces migrarían a aguas cada vez más cálidas y corrosivas (acidificación), con lo que se abriría una nueva grieta en la ya averiada seguridad alimentaria del continente. Esto, sin contar el incremento del nivel del mar. Por este hecho, Colombia tiene ya el 30% de sus costas erosionadas y zonas en vilo en islas como San Andrés y Gorgona, que pierden metros de playas a diario.
Hay soluciones
Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial, sugiere un cambio tecnológico que baje el uso de combustibles fósiles, así como una transformación de conducta considerable que se enfoque en una reducción del consumo.
«Necesitamos decisiones de política inteligentes, transporte público no contaminante y eficiencia energética en fábricas que no niegue ni retrase el crecimiento, pero que a la vez ofrezca beneficios climáticos», dice Jim Yong.
Mantener el calentamiento promedio de la Tierra por debajo de los 2 grados y reducirlo a 1,5 para 2100 es técnica y económicamente posible, pero requiere una estricta mitigación a corto plazo, concluye el análisis.

América Latina y el Caribe

Con 1,5 a 2,0 grados centígrados de aumento promedio:

– Sobrevivirían solo 10% de los arrecifes de coral.
– Mayores riesgos de erosión costera y aludes.
– Riesgos de hambruna para indígenas en zonas remotas.

Con 4 grados centígrados de aumento promedio:

– Las lluvias descenderían entre un 20% y un 50% en el norte de América del Sur y el Caribe.
– La selva del Amazonas podría convertirse en una fuente de carbono.
– Extinción de especies y desaparición de medios de subsistencia tradicionales.
– Mayores riesgos asociados a fenómenos del Niño y ciclones tropicales, al tiempo que un aumento del nivel del mar entre 38 y 114 centímetros para algunas ciudades costeras como Valparaíso (Chile) y Recife (Brasil).

Un riesgo de pérdida de terrenos por inundaciones, debido a un mar cada vez más agresivo.