Restos de Alexander se ‘consumieron’ durante estudio: PGR

A 45 días de que expertos forenses extranjeros confirmaron de manera científica que uno de los restos encontrados en el Río San Juan, en Cocula, coinciden con el ADN de los familiares de Alexander Mora Venancio, uno de los 43 normalistas entregados al crimen organizado, su padre Ezequiel y sus hermanos exigen la entrega de los restos; sin embargo, la Procuraduría General de la República (PGR) no podrá hacerlo.
De acuerdo con fuentes oficiales consultadas, durante el peritaje que realizaron en la Universidad de Innsbruck, en Austria, los pequeños fragmentos óseos que envió la PGR se consumieron al grado de que no hay nada que puedan entregarle a Ezequiel Mora.
Explicaron que para poder obtener extractos de ADN en las pequeñas partes que fueron expuestas a temperaturas muy altas se utilizaron químicos que al entrar en contacto con la evidencia para obtener un posible perfil genético, las diminutas partes óseas se van perdiendo.
De esta forma, los expertos de Austria agotaron toda la muestra para llegar al objetivo que era la identificación de los restos, por lo que la PGR mandará un oficio a la Universidad de Innsbruck para que emita el dictamen en el que se expliquen las causas por las que en el proceso de análisis de ADN se perdió la pequeña muestra.
A casi cuatro meses de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, quienes fueron entregados al grupo criminal Guerreros Unidos por policías municipales de Iguala y Cocula, sólo uno de los jóvenes ha podido ser identificado.
De los otros 16 restos que aún tienen los expertos extranjeros no fue posible saber si son de los normalistas mediante el análisis del ADN mitocondrial, por lo que emplearán otra técnica con la autorización de la PGR, en la que también se podría perder la evidencia.
Cabe recordar que el 6 de diciembre del año pasado, el Equipo Argentino de Antropología Forense se reunió con Ezequiel Mora para informarle que los restos encontrados en una bolsa arrojada al Río de Cocula coincidían con la carga genética de su hijo Alexander.
Un día después, el procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, ofreció una conferencia de prensa para confirmar la información.
Aunque fueron encontrados varios cuerpos en las distintas fosas clandestinas ubicadas en Iguala y Cocula, la PGR centró la investigación en los restos hallados en el basurero de Cocula, ya que los testimonios de integrantes de Guerreros Unidos apuntaron a que en ese sitio habían sido calcinados los jóvenes.
Y es que de acuerdo con la declaración de los detenidos, Patricio Reyes Landa, ’El Pato’; Jonathan Osorio Gómez, ’El Jona’, y Agustín García Reyes, ’El Chereje’, integrantes de Guerreros Unidos, los normalistas fueron calcinados con diesel, llantas y todo lo que encontraron para mantener la hoguera.
Los peritos de la PGR lograron rescatar en las márgenes del río San Juan un total de 17 fragmentos óseos hallados en una bolsa que los homicidas no lanzaron al cauce; esas evidencias fueron enviadas a la universidad de Austria para realizar las pruebas genéticas; el resultado fue que los restos pertenecían a Alexander Mora.
De acuerdo con la declaración de los tres detenidos, en la brecha que conduce al paraje Loma de Coyote fue donde los delincuentes recibieron a los 43 normalistas por parte de las policías municipales de Iguala y Cocula.
Posteriormente los jóvenes fueron trasladados al basurero municipal de Cocula. Ahí, en un barranco, fueron interrogados por los subordinados de Gildardo López Astudillo, ’El Gil’, lugarteniente del líder de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias.
Aseguraron que los normalistas fueron quemados con diesel, gasolina, llantas, leña, plástico y todo lo que estuviera al alcance de los delincuentes para mantener el fuego a una temperatura de mil 600 grados centígrados.
De acuerdo con la línea de investigación de la PGR, Felipe Rodríguez Salgado ’El Cepillo’ o ’El Terco’, detenido el pasado 16 de enero en Morelos, fue quien dio la orden de fracturar los restos de huesos calcinados en el basurero de Cocula para arrojarlos al río.