Lucía Méndez y Mauricio Herrera, emotiva mancuerna

Tras 18 años sin pisar un escenario teatral, Lucía Méndez regresa acompañada del actor Mauricio Herrera en la obra Un encuentro inesperado, la cual realmente ha resultado sorprendente, pues ambos llevan al público del llanto a la risa, en medio de la locura de dos personajes fuera de serie, una paciente y un siquiatra que han puesto de pie a quienes han presenciado el trabajo de estos dos grandes actores
MAURICIO HERRERA, UN DOCTOR QUE SANA: EL HUMOR
—Señor Herrera, ¿cuál ha sido la respuesta del público al verlo junto a la señora Lucía Méndez?
—La reacción es muy alentadora, se levantaron de sus lugares para aplaudirnos desde el primer día de estreno, y es que es una comedia romántica muy bonita de un cuento ruso que se adaptó al español y que el productor Manuel González Gil la estrenó primero en Madrid y en Buenos Aires y ahora la trajo a México, sólo que yo me atreví a cambiarle el nombre porque se llamaba Cuando el corazón florece, pero para los mexicanos como que sonaba un poco cursi, así que decidimos ponerle Un encuentro inesperado, porque es realmente eso.
—¿Y cómo ha sido el encuentro con la señora Lucía?
—Fantástico, a pesar de que somos dos actores con diferentes carreras, soy admirador de Lucía de muchos años, estoy feliz de trabajar con ella. Es una mujer muy disciplinada y responsable, así que ha sido un deleite trabajar con ella y dirigirla.
—Además es una obra muy completa donde cantan, bailan, hay comedia, romance….
—Es un cuento muy bonito, yo hago el papel de un director de una clínica, es un doctor siquiatra encerrado en su profesión y su trabajo, se quedó viudo de una manera triste, así que es un hombre solo y se dedica a su trabajo, pero llega esta señora totalmente fuera de la realidad, pero con muchas locuras muy centradas, ella disfruta la luz del sol, los amaneceres, una bella luna, cuando cae la lluvia, los truenos, las flores, son cosas que quiere rescatar, la capacidad de asombro, es su filosofía; y el doctor que es cuadrado se encuentra con un ser diferente, ese encuentro es el que va creando toda una historia, se da cuenta que el que está equivocado es él y salen los problemas de esta mujer; pero toda la obra está llena de humorismo blanco, la gente se divierte mucho, hay una parte en donde Lucía canta y yo toco el piano, hay muchas sorpresas, la tienen que venir a ver.
—El público debe de quedar muy satisfecho…
—Lloran, se enternecen, los personajes son duros pero también alegres, hay muchas emociones diferentes; de pronto se están riendo, pero también lloran. Es una obra que dura muy poco, es de una hora y media sin intermedio, la gente se sienta; y cuando ven ya se acabó. Se van contentos y se llevan algo; siempre he pensado que el buen teatro no es una comedia barata, sino una buena obra, al final deja un cambio en el público; es un intercambio de vivencias.
—Entonces, también es un doctor para el público…
—Exactamente, en eso se convierte; no es que dé consejos, pero expone momentos de vivencias interesantes que muchos han vivido o que pueden vivir. Lucía lleva una parte muy bonita de filosofía, tiene un gran personaje.
—Además de entretener tiene la oportunidad de dejar un mensaje en el público…
—Sí, yo siempre he sentido de algunos años para acá, que yo tengo una misión en esta vida, que es ayudar a la gente a que se ría, a que se divierta, a que goce y sea feliz, hasta que les duela el estómago. Yo creo que los seres humanos lo necesitamos, y más en este momento que está viviendo el país, es bonito ir al teatro y divertirse, además hay música y baile.
—La señora Lucía dice que regresó al teatro cuando supo que sería con usted, ¿qué opinión le merece?
—Eso me da mucha satisfacción, es muy linda, yo la quiero. Hemos hecho una mancuerna muy bonita, como un matrimonio escénico, porque convivimos muchas horas juntos, y qué mejor que hacerlo en paz y con cariño, con estima y con respeto; yo le agradezco mucho lo que dice, yo también cuando me dijeron que era Lucía Méndez, me sorprendió, y ha sido un bonito encuentro; le agradezco sus atenciones.
LUCÍA MÉNDEZ LE PARTE EL CORAZÓN AL PÚBLICO
—Señora Lucía, ¿cómo se ha sentido de regreso al teatro?
—Muy contenta, la obra es espléndida y por la cual mi hijo Pedro Antonio es el gran protagonista de que yo haya aceptado este proyecto; me gustó, él la leyó y le encantó, me dijo que iba a enamorarme de la obra, y así fue. Me enamoré primero del libro y después de la idea de trabajar con Mauricio Herrera, con todo el equipo de Sergio Gabriel, la verdad es que me animé, incluso atrasé mi disco en Italia hasta febrero para que me diera tiempo de hacer una buena temporada.
aquí; estamos todavía ultimando detalles de mi disco Te vas o te quedas, así que me da tiempo de estar unos mesecitos en este proyecto.

—El señor Herrera está feliz de trabajar con un mujer tan disciplinada como usted…

—Es un agasajo. Qué te puedo decir, lo quiero mucho, lo admiro, es fabuloso trabajar con él, es un comediante extraordinario, él me puso el papel y me dirige, hemos hecho una gran amistad, con Luana, su esposa, que es una gran cantante. Estoy contenta porque es un hombre muy fino, la obra también lo es, no hay malas palabras, y sin embargo la gente se va fascinada. Tenemos comedia, cantamos, lloramos, bailamos; tenemos de todo, es una obra muy versátil, o eres realmente actor y cantante o no puedes hacerla, la verdad.

—Satisfecha de dejarle algo al público, porque la obra es una retroalimentación de sentimientos y vivencias…

—Sí, hay diálogos donde te pones a pensar en cómo perdemos la capacidad de asombro: la filosofía de Livia Salinas es muy linda, y tiene un secreto muy fuerte que le descubre el doctor, es una escena donde la gente se dobla, llora porque es una mujer muy alegre, es excéntrica, estrafalaria, una loca, ama la naturaleza, pero tiene algo que esconde, que te parte el corazón.

—Es un gran reto…

—Trato de tener nuevos retos, yo la verdad cuando me dijeron que en esta obra sólo éramos dos (actores en escena), dije !Dios mío!, pero después Juan Ferrara y Rafael Inclán, que son dos actores que han hecho mucho teatro, me dijeron que era un reto de ligas mayores estar sólo dos actores en el escenario, y fue cuando supe que era la mejor manera de regresar al teatro luego de 18 años: hacer esta obra es tener pantalones, no es cualquier cosa. El público sale contento, la obra se va rapidísima, no hay intermedio; la gente se va muy pero muy contenta; la gente llora, ríe, los pone a pensar.

—El teatro es cansado pero también muy satisfactorio, era necesario estar cerca del público…

—Pues todo es cansado, como dijo Anthony Quinn, ‘si las cosas buenas fueran fáciles, cualquiera las haría’; también cantar es cansado, estoy súper contenta porque ya grabé mi disco en italiano, excepto Se acabó, que la vamos a grabar aquí en México, y espero lanzarlo en febrero. Ya lo escuché completo, viene mezclado en Londres, en Roma, en Milán, en distintos lugares de Europa y tuvo mucho que ver gente muy talentosa.

—¿Será pop y banda?

—Te vas o te quedas es una canción que me gustó mucho y no es la primera vez que grabo banda, ya grabe El Noa Noa con banda y grabé El sauce y la palma; simplemente esta canción me emocionó porque me la produjo Mariano Barba, que duró 51 semanas en el primer lugar Billboard, en Estados Unidos; es un productor muy bueno y además tengo la parte pop, pero este tema empieza con un chelo y en el estribillo entra la banda, está muy bien logrado. Así que tengo muchos planes como cantante; me preguntan que cuándo novela, ¡y ya me tienen!…Fuera sicosis, pero mientras a mí no se me ofrezca algo que realmente vaya con mi trayectoria y con lo que el público espera de mí, no lo voy a hacer.