Restauranteros se sienten burlados con descuento de 50% a refrendos

El subsidio del 50 por ciento en el pago de refrendo es “disfrazado”, pues el año pasado dicho gravamen subió el 100 por ciento, además de que la carga tributaria al sector se ha disparado en los últimos dos años, afirmaron restauran-teros potosinos.
Afiliados a la Cámara de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados sostuvieron una reunión en la sede de esa agrupación con el director de Ingresos de la Secretaría de Finanzas, Alfredo Calderón Jiménez, para despejar algunas dudas respecto del descuento.
Ahí, Marco Antonio Huerta, encargado operativo de un restaurante de la avenida Himalaya, en Las Lomas, admitió que el descuento es un alivio. Sin embargo, recordó que solamente regresaron a lo que pagaron el año pasado, antes del aumento del 100 por ciento en el pago del refrendo.
“Es como un descuento disfrazado, batallamos el año pasado, nos fuimos con pagos continuos para poder sacar eso adelante, pero ahora incluso con el descuento se nos hace mucho”.
Y es que con el aumento del 100 por ciento, los restauran-teros tuvieron que pagar 27 mil 450 pesos desglosados de la siguiente manera: En el rubro 212 “Refrendo” 18 mil 173 pesos más 9 mil 277 por concepto de “Asistencia Social”.

No tenemos turismo, no tenemos muchas cosas y con este tipo de gravámenes nos afecta en nuestros establecimientos, lamentó Marco Antonio Huerta.
En tanto, Osvaldo Delgado Salas, propietario de un restaurante en la Plaza Del Valle también ponderó el beneficio del 50 por ciento, pero sostuvo que en los últimos dos años los impuestos para la el sector restaurantero se elevaron dramáticamente, “Hay una carga de contribuciones hacia los restaurantes, es una losa muy pesada, no se diga con lo del IMSS, con un solo trabajador tienes una carga pesadísima y ahí es donde el empresario se niega a contratar más gente”, enfatizó.
Aseguró que aunado a los 27 mil 450 pesos que les costaba el refrendo, en los últimos dos años les impusieron el pago de revisiones por parte de la Secretaría de Salud y de Protección Civil, así como la obligación de que sus empleados tomen cursos de capacitación en la Secretaría del Trabajo, aún y cuando sus chef tengan licenciatura, todo ello junto con las adecuaciones a sus instalaciones como las áreas de fumar, por ejemplo, les llevan a que sus contribuciones se eleven hasta en 10 mil pesos más.
Delgado Salas criticó que el permiso para restaurante bar tenga un mismo precio, cuando hay establecimientos –como el suyo- que tiene capacidad para 80 comensales, mientras otros pueden albergar hasta 800 personas, “las autoridades deben trabajar en esa parte para que realmente sea un apoyo para los restauranteros, porque aquí estamos hablando de pequeños, medianos y grandes y es el mismo permiso y se cobra exactamente lo mismo cuando no son las mismas ganancias”.