¿Qué ocurriría en la Tierra después de una guerra nuclear?

Un largo tiempo ha pasado desde los tristemente célebres lanzamientos de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. No obstante, a casi 70 años de aquel genocidio, la humanidad aún siente la amenaza de la ocurrencia de una guerra nuclear, lo cual no es un razonamiento pesimista si tenemos en cuenta que hoy existen más bombas y que estas están repartidas en más países que nunca.
Pero… ¿qué ocurriría en la Tierra después de una supuesta guerra nuclearconcentrada en una determinada región de su geografía? Unos científicos lo han modelado y aquí te contamos que han logrado predecir.
Ver también: ¿Cómo funciona una bomba atómica?
Una supuesta guerra entre dos potencias nucleares
El estudio fue llevado a cabo por cuatro científicos norteamericanos expertos en estudios ambientales y atmosféricos, quienes diseñaron un modelo computacional capaz de predecir los efectos de una guerra nuclear limitada en una región como el sur de Asia. Para ello, han supuesto que esta es llevada a cabo por dos de las potencias nucleares emergentes,India y Pakistán, países que aún no cuentan con arsenales tan descomunales como EE. UU., Rusia o China, y que tienen tradicionales conflictos fronterizos entre sí.
El modelo se desarrolló con el supuesto de que se lanzan 100 ojivas nucleares de aproximadamente la potencia de la que se lanzó en Hiroshima, las cuales serían “pequeñas” comparadas con las más modernas con que cuentan los más poderosos ejércitos, y siendo a su vez una pequeñísima parte de las 17 000 que se estiman que existen en todo el mundo.
Consecuencias globales después del intercambio atómico. Según el modelo, en primer lugar se estima que unos 5 megatones de carbono negro entrarían de golpe a la atmósfera producto de las explosiones. Esta sustancia es capaz de absorber el calor del sol con mucha rapidez, lo cual causaría una bajada importante de la temperatura media global. Como consecuencia de ello, después del primer año la temperatura media de la superficie planetaria caería cerca de dos grados centígrados y, después de cinco años, la Tierra sería 3 grados más fría de lo que es en la actualidad, siendo la temperatura más baja en 1000 años en el planeta.

Deberán pasar otros 20 años para que el calor medio aumente y sea de un grado menos que la media actual.
Las reacciones químicas en la atmósfera carcomerían la capa de ozono de tal manera, que en los primeros 5 años después de la guerra esta sería entre un 20 y un 25% más delgada y, pasados unos 10 años, su lenta recuperación haría que fuera aún un 8% más delgada de lo normal.
La disminución de la protección ante los rayos UV conduciría a la producción de más quemaduras solares y cánceres de piel en las personas, así como una reducción del crecimiento vegetal y una desestabilización del ADN de las plantas, entre ellas las de cultivo, como el maíz.
Según la Asociación de Médicos para la prevención de la Guerra Nuclear, alrededor de 2 millones de personas morirían de hambre, además de las que perecerían directamente en el conflicto.
Aunque parezca muy pesimista y catastrofista, este estudio, al igual que otros que se han hecho con anterioridad, solo pretende alertar una vez más de las graves consecuencias que produciría un “invierno nuclear” en la Tierra y de esta manera disuadir del uso de estas armas de exterminio masivo a todos los gobiernos que las posean y, más aún, sus autores incitan a la destrucción para siempre de estos artefactos capaz de hacer desaparecer la vida en nuestro planeta.