Exponen los Globos de Oro la manipulacion del publico via redes sociales

Conocida en la frivolidad del medio como la antesala de los Oscares, la importancia de la premiación de los Globos de Oro tiene más bien que ver con el festejo que a si mismos se hacen los creadores de los mitos y estereotipos del cine y la TV por la red multimediática. Ganar un Globo dorado significa que los conocedores han palomeado al artista como digno de ser identificado por su calidad y no por su impacto en la aldea global. Aunque muchas veces van las dos cualidades juntas.
Este desde luego no es el caso, en México, de la maltratadísima “Cantinflas” (Sebastián Del Amo, 2014), engendro de lugares comunes de la cultura Televisa que ya juega con la distribuidora Lionsgate en las grandes ligas del cine.
Lo que viene al caso es la secuencia narrativa final de un film que, en cierto modo, es una buena clase de historia del cine mexicano para analfabetos del tema. La última toma del hilo del argumento, muestra al protagonista Oscar Jaenada humillando a los míticos Marlon Brando y Yul Brynner al convertirse en el primer mexicano en recibir, en categoría de mejor actor de reparto en comedia, el Globo de Oro de 1956.
El estereotipado actor (en la vida real) no volvió a obtener un reconocimiento de ese tamaño.
Apenas hace un año, Alfonso Cuarón “dio la cara por México” al llevarse el preciado trofeo como mejor director por “Gravity”, metáfora de la vida intrauterina y del arraigo a las leyes de Newton en tiempos de hegemonía del cine fantástico.
Porque “Gravedad” NO es una película de ciencia-ficción, sino una emotiva visión de la mitología heróica de la relación de la humanidad con su tecnologizado y chatarrero entorno espacial inmediato.
Este cercano antecedente le dio en la torre a las posibilidades de Globo de dos maravillosos trabajos, uno de ellos ni siquiera mencionado. “Interestelar” (Christopher Nolan, 2014) es un parteaguas impresionista, de tonos sombríos, a veces mesuradamente luminosos, pero siempre tratando de mantener varias dimensiones temporales en su argumento.
Una historia también con lugares comunes, pero procedentes de lo mejor del género más nuevo del cine, y ahora con un demoledor sentido humano muy por encima de la clásica lucha del hombre contra la máquina.
“Intelestelar”, pese a ello, fue medida por el público según su efectismo, muy discreto; por lo largo de su proyección, necesario al guión, y por lo incomprensible –muy comprensible en México- de su temática sustentada en la física contemporánea y en filosofías de la era digital. Demasiada complicación para darle premios.
El otro cine afectado por el ya legendario premio a Cuarón –a su vez “incómodo” para el sistema por las críticas del mexicano al Presidente Peña-, desde luego que fue el de Alejandro González Iñarritu.
Para empezar, las políticas de Hollywood obstaculizan otorgar Globos u Oscares de las máximas categorías a extranjeros dos años seguidos.
En contraste, recuérdese el caso del actor Tom Hanks que se llevó el Oscar dos años al hilo…o Jack Nicholson… El “Birdman” de Iñarritu, con el mayor número de nominaciones (7) tendrá sin duda mejor cabida en los Oscares donde se premia –a diferencia de los globos- el aspecto técnico del diseño del film, en este caso muy cacareado por consistir “Birdman” en un solo plano secuencia de dos horas (en realidad, en cada paneo que tocaba sombra se hacia un imperceptible corte).
Un guión divertido y escalofriante en ocasiones, un retorno triunfal de Michael Keaton, aquel grotesco “Beetlejuice” (Tim Burton,1988) premiado entonces por la Sociedad Nacional de Críticos de Cine, fue todo lo que se le reconoció al mexicano.
Todos los demás galardones, quedaron repartidos con equidad, tanto de género como de calidad.
Pero como lo que no está en internet o en TV satelital no está en el mundo en esta era de la información, a las televisoras les ha dado por un valor agregado en sus transmisiones: la “participación” del público en cualquier certamen enviando mensajes por redes sociales “votando” por sus preferidos.
De acuerdo con la cadena latina de Ted Turner, “Birdman” obtuvo más de 70% de tweets de la audiencia latina contra apenas un 17 o algo asi de “Boyhood” (“Infancia”), la super gran triunfadora de la noche.
Lo mismo sucedió con la categoría de director, que en los globos se premia por separado comedia y/o musical, de un lado, o drama, por otro.
También un cúmulo de tweets para Alejandro González Iñarritu, categoría comedia, que al final le fue otorgado al consolidado Wes Anderson (con menos de un diez por ciento) por “Gran Hotel Budapest”.
En categoría drama, en las redes “la gente” ni caso le hizo a Richard Linklater, también con menos del 10% de preferencia. Su película “Boyhood”, un clásico instantáneo y con su globote de mejor película, va de retro a las innovaciones en tanto sus dos horas cuarenta minutos de duración es producto…de doce años de filmación, según transcurre el crecimiento biológico del protagonista. En las redes se votó mayoritariamente por la vida de Stephen Hawking, el físico superestrella, plasmada en “La teoría del todo” de James Marsh y que ganó el globo por mejor actor, Eddie Remayne ( “Los Miserables” como Marius Pontmercy y “Mi semana con Marylin” entre sus más recientes trabajos).
Sin pretensiones de pontificar, es de pensarse el uso que a las redes le está dando el modelo cultural de la globalización. Opine usted lo que yo quiero que opine, parece decirnos, desde los segmentos satelitales de comunicación, la suma de corporativos ultranacionales.