Murieron por balas de ‘fuego amigo’ en Apatzingán

En el enfrentamiento del martes pasado en Apattzingán, Michoacán, entre civiles y elementos de la Policía Federal, seis de los nueve muertos de ese día cayeron como resultado de “fuego amigo”, abatidos por disparos de sus compañeros, según peritajes preliminares de la investigación del caso a los que tuvo acceso un Diario de circulación nacional a través de la oficina del comisionado para la Seguridad y el Desarrollo de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes.
Según ésta hipótesis oficial, sólo dos de los fallecidos recibieron impactos de las armas de los policías.
Esta es la conclusión que dará a conocer el gobierno federal en los próximos días, a partir de la indagatoria de los hechos ocurridos el 6 de enero pasado, que deslinda a los uniformados de haber perpetrado ejecuciones extrajudiciales.
Además, se cuenta con pistas del vehículo en el que viajaban los presuntos responsables de haber asesinado a los integrantes de su propio grupo.
Aunque el móvil de la agresión hacia los federales aún no se establece, esta versión se sustenta en la declaración de 12 policías federales —de un total de 62 que comparecerán ante el Ministerio Público—, así como en cuatro videos obtenidos por las autoridades de una cámara de tránsito que se ubica en el lugar de la refriega, las necropsias, peritajes de criminalística sobre la trayectoria de las balas encontradas en los cuerpos, y el calibre de los más de 300 casquillos encontrados, aunque los estudios de balística aún no concluyen.
Conclusiones. De acuerdo con esta versión, sobre la calle Constitución de 1814, alrededor de las 7:45 horas, un convoy de alrededor de 20 camionetas de la Policía Federal se dirigía al corralón del lugar para dejar los automóviles asegurados durante el desalojo de la presidencia municipal ocurrido horas antes; un kilómetro y medio antes de llegar al depósito vehicular, los elementos de algunas de las patrullas fueron sorprendidos. El resto al parecer ni siquiera se dio cuenta del ataque e inexplicablemente no intervinieron.
Sujetos a bordo de 20 camionetas particulares iban detrás de los federales, y tres de ellas les dieron alcance. Para la autoridad se trata de una “emboscada”, aunque esa calle tiene salidas hacia el poniente y el oriente por medio de la arteria Plutarco Elías Calles, que conduce a un camino de terracería que lleva a las calles Venustiano Carranza y Francisco Villa, respectivamente. El hecho es que los civiles presuntamente lograron romper el convoy de las unidades federales y colocaron dos camionetas como una “barrera”.
Una de las patrullas se quedó sobre avenida Constitución y otra logró entrar a una bocacalle, por lo que sus cuatro elementos comenzaron a disparar a los tripulantes de dos camionetas: una Acadia negra y una Ram blanca.
El resto de los presuntos agresores que iban en el resto de las camionetas, se echaron en reversa al ver que los federales repelieron el ataque. Los tripulantes de una tercera camioneta —que hoy son buscados por las autoridades—, dispararon en su intento por huir por la calle contraria a la que se encontraban los policías, y en esta acción los impactos de sus armas dieron “blanco” en seis de sus compañeros, de acuerdo con la investigación que dará a conocer el gobierno federal.
La información obtenida indica que por la hora y debido a que algunas casas están abandonadas y los locales cerrados, no existen testigos directos del enfrentamiento, sólo los que sobrevivieron, aunque en los videos que dio a conocer en días pasados el comisionado, sí se observan personas en la calle, distintas a las que viajan en las camionetas.
Los peritajes. El enfrentamiento se prolongó alrededor de 40 segundos, de acuerdo con los policías federales que participaron en el intercambio de disparos; en la escena quedaron siete cadáveres y cuatro lesionados (uno de los cuales murió después en el hospital).
En el lugar se localizaron 327 casquillos percutidos, de los que 80 corresponden al calibre 223 que utilizan las armas de los elementos de la Policía Federal; otros 218 cartuchos eran 3.08 milímetros que son utilizados por rifles G3 —uno de los cuales se encontró a uno de los presuntos agresores—; también había 20 balas de una pistola 38 especial; nueve de un arma 9 milímetros y 14 fragmentos más.
De acuerdo con esta versión sólo 80 de los disparos corresponden a las armas oficiales. Y aunque aún no se concluye de qué tipo es el calibre de las lesiones que presentaban cada uno de los cuerpos de las personas abatidas, de forma preliminar se señala que en seis de las víctimas no hay balas de las armas de los policías federales.
Uno de los elementos que sustenta esta hipótesis oficial es la trayectoria de los impactos que recibieron los civiles. Un primer cadáver de los tripulantes de la Ram color blanco, de acuerdo con la necropsia, presenta siete disparos: cuatro de frente (que pudo recibir de los policías por la posición en la que se hallaba), pero otros tres los tiene en la espalda, lo que para la autoridad confirma que los tripulantes de la tercera camioneta que huyó, dispararon en esa dirección e hirieron a su propio compañero.
El conductor de esa misma Ram recibió una bala en la nuca, que según el dictamen de criminalística no pudo ser producida por los policías apostados en la bocacalle.
Un tercer muerto quedó frente a la camioneta Acadia negra. Recibió seis disparos de frente y uno por la espalda; los primeros —según las autoridades— provinieron de los policías federales, el otro de sus compañeros.
Los otros cuatro abatidos —entre los que están dos mujeres que no dispararon—, todos tiene impactos de frente y laterales, aunque entre ellos y los policías estaba la camioneta; por ello, según el dictamen oficial, las balas no las recibieron desde la dirección en la que estaban los federales sino desde el sitio en el que estaba la tercera camioneta, es decir, de sus compañeros.
Por ejemplo, la cuarta víctima tiene cuatro impactos y uno en el rostro, que según esta recostrucción no pudo recibir desde el ángulo en el que se defendían los federales.
Una de las mujeres —identificada como el cuerpo número siete— presenta tres tiros de frente y uno en la espalda, y en la mecánica de hechos estos también los recibió desde un ángulo en el que no es posible que fuera abatida por los federales.
En el hospital murió el octavo herido de bala; mientras que el noveno deceso fue el de un hombre atropellado en los hechos por una camioneta civil.