Luego de señalar que, como contribuyente, la Iglesia Católica (y las iglesias en general) como cualquier otro, persona física o moral, está expuesta a la actuación de la policía fiscal, el vocero de la arquidiócesis, Juan Jesús Priego Rivera, aseguró que la sujeción fiscal a que es objeto la Iglesia se asume como anómala, al descuidar las autoridades fiscales que no ésta una sociedad encaminada al lucro.
No obstante, dijo, se sujeta al régimen fiscal; cuenta en cada parroquia con un contador y cada determinado tiempo, los contadores de las diversas parroquias se reúnen para comunicarse sus experiencias.
Explicó que, al no ser una sociedad lucrativa, los contadores y expertos fiscales les han recomendado no realizar las adquisiciones de alimentos e insumos en los supermercados y mercados, donde les proporcionan recibos y documentos de comprobación de gastos validados y reconocidos por las autoridades fiscales.
Aún cuando no se trata de una entidad lucrativa y cuando la mayor parte de los recursos que recibe como donación de la feligresía aplican al mantenimiento bienes inmuebles inscritos en el padrón de los bienes patrimoniales de la nación: la conservación y restauración de los templos y sus objetos de arte o en la construcción, ampliación, remodelación de dispensarios médicos, comedores públicos, albergues (como el de la casa del Migrante), la Iglesia responde puntualmente a los requerimientos de las autoridades fiscales.
Asimismo, en lo relacionado con las percepciones de los sacerdotes, por lo que se encuentran sujetos como cualquier contribuyente físico o moral. Por lo que la Policía Fiscal puede alcanzarlos.
Consideró que el SAT debiera tomar en cuenta el hecho de que la Iglesia no es una entidad lucrativa, con miras a la condonación de impuestos.
para que pueda ser más capaz de responder a las necesidades de muchas personas en condiciones de vulnerabilidad como ocurre con la Casa de la Caridad Cristiana-Hogar del Migrante en la que, en ocasiones, debe atenderse a mil 200 personas a las que se le suministran tres alimentos, vestido, calzado y medicamentos.