Llama Iglesia Católica a fieles a perdonar y tener esperanza

Los cristianos no pueden darse el lujo del desánimo ante la adversidad del mundo; no pueden caer en la desesperanza ni en el pesimismo, sino por el contrario sostenerse en la esperanza de la luz que se abre paso entre las tinieblas, con la fuerza del amor, los valores de la fe, la solidaridad, la unidad, el perdón y la fraternidad.
Así lo sustentó en la homilía el canciller arquidio-cesano Fernando Ovalle González, al explicar los contenidos del Evangelio de San Marcos, donde este refiere la llegada de los magos ante la figura del niño recién nacido en Belén de Judá, y a quien llevaron como ofrenda tres elementos: oro, para reconocerlo como rey, incienso para honrar su pureza y mirra, para subrayar su capacidad de transformarnos.
La Iglesia anticipó las fiestas de la Epifanía del Señor, destacando el simbolismo del tránsito de los magos por el desierto, siguiendo la luz de una estrella luminosa, la esperanza por la transformación del mundo y el advenimiento de un cielo nuevo.
La humildad de los magos que, asimismo, desobedecen al Rey Herodes, temiendo fundamenta-damente que este pudiera atentar contra la frágil vida de aquel recién nacido llamado a ser el pastor y la luz de los hombres.
Por eso, pidió a los creyentes, abandonar el egoísmo “y (el fardo de) la violencia que venimos cargando”; a no dejarse llevar por las tentaciones de los poderes políticos y económicos y de la violencia “para apostarle a la fuerza transformadora del amor”.
Reconoció que el mundo convulsiona por los antivalores, por las actitudes grotescas que llevan a muchos a la búsqueda del poder por el poder y se olvidan del deber de alcanzar el poder para servir.
Llamó a seguir el ejemplo y la doctrina de Jesucristo para encontrar el camino de la transformación, y para no continuar inmersos en “la maldición del pecado”; es por ello que los magos han llevado consigo hasta Belén la mirra, que todos sabemos es una hierba amarga que purgará nuestros pecados.