Llama Iglesia a aspirantes a respetar la voluntad popular

La arquidiócesis de San Luis Potosí insistió en su llamado a los actores políticos, a los aspirantes a contender por cargos de elección popular y a los partidos que los promueven a ajustar sus actuaciones a derecho y a las reglas del juego electoral.
A través de Juan Jesús Priego Rivera, el portavoz arquidiocesano, se subrayó la importancia, más en estos tiempos de crisis de credibilidad de los políticos y los partidos, a respetar de manera irrestricta la expresión de la voluntad popular.
Llamó a los partidos, a los candidatos y a las autoridades que estarán al frente de la organización, ejecución, vigilancia y sanción de los procesos electorales a aportar sus mejores esfuerzos para proveer a los procesos de la transparencia, la seguridad y la certidumbre requeridas.
Demandó una contienda ajena a la tentación de las campañas sucias y más cercana a la comunicación y a la proposición, para no perder de vista el objetivo del servicio público: atender a la ciudadanía, por encima de las ideologías, de los colores, de los bandos, para trabajar de manera conjunta en la búsqueda y ejecución de las mejores soluciones posibles.
Priego describió como “pecados” de la política y de los políticos: la calumnia, la difamación y la desinformación.
No descuidó que la ética del servicio público convoca a la honestidad, la honradez la transparencia, la verdad, el esfuerzo y la construcción de un liderazgo capaz de aglutinar a la comunidad en torno de las mejores causas.
Recordó que la crisis de credibilidad no se manifiesta solamente en el estado ni en el país, sino que se trata de fenómeno de mayor profundidad y dimensión, de un fenómeno mundial, global que se advierte prácticamente en todas las latitudes.
Los exhortó al esfuerzo para conquistar, con propuestas y con hechos, la confianza de los ciudadanos; describió a la política y al servicio público como empresas de ineludible compromiso social.
Si esto no se hace el país se nos podría ir, definitivamente, de las manos; en el ejercicio público, tras recibir la encomienda popular, los políticos, investidos ya como servidores públicos, deberán comprometerse con la transparencia, con la verdad, con la determinación de abatir de manera importante los vicios de la deshonestidad, la opacidad, la corrupción, la impunidad y el abuso de poder para crear una auténtica cultura de transparencia, de respecto al estado de derecho y de cabal servicio a la comunidad.