Detecta Profeco aumentos disfrazados en productos

Los mexicanos no sólo han enfrentado una merma en su poder de compra, también han tenido que asumir la reducción de porciones en productos alimenticios, bebidas y otros artículos de consumo diario, pero al mismo costo, lo que podría considerarse un “aumento disfrazado” en precios.

En las últimas tres décadas, por lo menos, el poder adquisitivo de la población se ha perdido en 72%, mientras que los kilos de frijol ahora son de 900 gramos, las bolsas de azúcar pasaron a ser de medio kilo, las pastas dentales de 150 gramos son de 132 y las bebidas de 250 mililitros, por ejemplo, son de 200 o de 150, mientras que su precio no disminuyó en la misma medida.

“De alguna manera es un incremento de precio disfrazado”, admitió la titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Lorena Martínez, quien añadió que “esto tiene que ver con la necesidad de no subir los costos de los productos, porque si los aumentan se salen de competencia; así que para mantener un producto en determinado precio reducen el contenido”.

Para los industriales del país, la disminución en el volumen de los productos permite mantener la rentabilidad de las empresas ante el incremento de impuestos, enfrentar los costos de operación, así como las mayores erogaciones que tienen que hacer para protegerse de la inseguridad, entre otros factores, explicó el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Rodrigo Alpizar.

Esta reducción de porciones se da en un entorno en el que los consumidores mexicanos han tenido que enfrentar la pérdida en su poder adquisitivo, que de 1976 a 2014 acumula una caída de 72%, de acuerdo con el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM.

Además, derivado de la reforma tributaria, desde enero de 2014 se cobra el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a alimentos y bebidas ‘chatarra’, lo que ha propiciado que se modifiquen las porciones y empaques de alimentos y bebidas con alto contenido calórico, aseguró el presidente de la Comisión de Salud de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin),Raúl Riquelme Cacho.

Expresó que la industria ha tenido que enfrentar pérdidas a causa de este gravamen, y en algunos casos la caída en ventas ha sido de entre 12% y 20%, porque además hay otros productos que también se gravaron con el IEPS, aún cuando se trata de materias primas para otros sectores, como el caso de la grenetina.

En el norte del país, hay empresas gaseras que empezaron a ofrecer tanques de 10 kilos de gas LP en lugar del de 20 kilos, lo que tiene que ver con la necesidad de presentar productos que sean acordes a la capacidad de pago de la población, dijo la titular de la Profeco.

En opinión del presidente de Canacintra, cuando se pone en riesgo la rentabilidad de las industrias se puede recurrir al ajuste en el volumen de las porciones, a fin de no impactar en el precio. “Se han comprimido mucho las utilidades y los costos indirectos que se incrementan por el lado de impuestos, pero también por aumentos de gasolina, energéticos en general, seguridad y costos de gestión”, expuso.

Además, ahora las compañías necesitan un departamento jurídico más robusto para poder atender todos los requerimientos del gobierno federal, cumplimiento de normas, medidas que pide la Profeco, la Profepa, las inspecciones federales y demás instancias públicas, todo lo cual genera mayores costos, destacó el empresario.

Riquelme Cacho afirmó que para los industriales los nuevos impuestos son gasto, además de que hay un aumento en los costos de producción que provoca que las empresas realicen cambios en empaques. Al final de cuentas, todo trae un impacto para las compañías y los consumidores.Sin embargo, la misma Profeco aseguró que la reducción de porciones es una práctica común. La procuradora Martínez, precisó que la ley permite modificar las porciones, lo que castiga es que la etiqueta no indique el contenido exacto del producto.

Empero, aseveró que hay envases que pueden resultar engañosos, porque al tener una presentación del mismo tamaño y con menor contenido inducen al error de los consumidores.