Un «thriller» mudo en Nueva York

Los héroes anónimos son la clave de El sistema, novela gráfica en la que el ilustrador estadounidense Peter Kuper mezcla las técnicas tradicionales del cómic con el cine silente.
“Este es un libro que puede tener distintas lecturas y cada una podría estar relacionada con su propia experiencia. Algunos lectores, por ejemplo, pensarán que se trata de una historia policiaca, de una trama que hurga en el mundo de las drogas o sobre el mundo de los stripper; lo cierto es que todas son muy válidas”, comenta en entrevista con un diario.
En el fondo de esta trama aparece el concepto del héroe, “pero no del tradicional superhéroe con poderes a los que estamos acostumbrados, sino de aquellos anónimos, pues para mí todas nuestras acciones siempre tienen un impacto en la realidad de los otros, como aquella imagen donde la mariposa aletea en China y crea una tormenta en México”, explica.
“Pienso que en nuestro sistema los políticos y los hombres de negocios siempre le dicen a la gente que no tiene poder. La realidad es que las personas tienen mucho poder y sólo depende de que lo tomen y lo usen, como ahora sucede con el caso de los desaparecidos en Guerrero, pues las manifestaciones son unareacción a los problemas y son un ejemplo del malestar social.”
Por eso la idea de El sistema, ubicado en Nueva York, es que todo ciudadano común tiene poder, así como una importante red en conexiones que son invisibles y lo hacen invencible. “Quiero poner una luz sobre eso y que los lectores piensen también en su experiencia y qué lugar ocupan dentro de este sistema”.
El sistema también tiene una carta de intenciones donde el ilustrador estadounidense demuestra tres cosas: que es posible remover los globos con diálogos dentro de las historias ilustradas, que tanto el cómic como la historieta pueden ser arte y que es posible contar historia de superhéroes sin caer en el discurso de la historia cargada de fantasía.
Cabe destacar que antes del año 2000, en Estados Unidos el público pensaba que los libros de historietas no debían estar en librerías ni bibliotecas, porque éstas sólo eran asociadas al público infantil o a superhéroes como Bat-man y Supermán.
En este caso, El sistema es una historia visual sin texto porque los cómics mudos eliminan las barreras del lenguaje e invitan a los lectores a interpretar las imágenes y a inventar diálogos, detalla Kuper.
Forma primigenia
Nacido en Estados Unidos y autor de una decena de libros como Stripped, Diario de Oaxaca y Diario de Nueva York, Peter Kuper (1958) adelanta que en los próximos meses trabajará en su siguiente libro ilustrado; llevará por título Ruinas. En éste abordará el tema de la migración en México y lo relacionará con la historia de América Latina a partir de su estancia en Oaxaca en 2006. “La historia será una ficción donde contaré dos historias: la de un antiguo monarca canadiense y la de los extranjeros norteamericanos en Oaxaca”, detalla.
¿El esténcil es un elemento vital en su discurso gráfico?, se le pregunta al ilustrador. “Mi intención siempre ha ido la búsqueda de un tipo de arte con una conexión en la historia. Y en el caso del esténcil me ayuda a contar la historia de Nueva York porque en el Metro aparecen murales, esténcil y spray; es una forma de acentuar el arte callejero”.
Este tipo de expresión gráfica, añade, lo hace ver un poco sucio y es una forma de arte que permite entender el sujeto como arte político. Sin embargo, el efecto que crea en la historia es perfecto porque aparece explotar como un golpe en la cara.
¿Por qué acentuar el silencio en El sistema?, se le cuestiona. “Porque fue la forma primigenia de expresión. Recordemos el uso de las pinturas rupestres sobre los muros de las cavernas. Fue nuestra primera forma de lenguaje porque entonces aún no existía la música ni las letras. Es un tipo de arte que sin duda tiene una conexión de sangre con nuestros antepasados”.
Después llegó la lengua y los antiguos la plasmaron en estelas y códices. Pero primero fueron las pinturas rupestres, por eso El sistema busca la conexión con nuestra primera lengua: la pictórica.
Así que los lectores tendrán la oportunidad de utilizar su imaginación y poner sus propios diálogos a partir de las imágenes. “Ahí ya dependerá de tu experiencia y del peso de un trabajo sin palabras, pues para entender esta narrativa no importa en qué país vivas ni cuál sea la lengua que hables”.
Sobre El sistema, el crítico Calvin Reit asegura que “se trata de una parábola o una reflexión sentimental del convulso drama social del día a día urbano”.
En esto coincide Kuper, aunque asegura que el título de su libro ilustrado no refiere únicamente a la estructura social y financiera de un país, sino también al que habita dentro de nuestra biología humana.
Según Reit, esta novela gráfica muda sigue los pasos de Frans Masereel y es una compleja red de encuentros y coincidencias, rutinas paralelas y, más aún, de disparatadas historias codependientes que muestran intereses políticos y sociales que se precipitan sobre la vida de personas ordinarias, desde desnudistas y policías corruptos hasta artistas callejeros, ejecutivos, financieros y taxistas pa-quistaníes.
Hacia el final de la novela, Peter Kuper abre la posibilidad de una amenaza nuclear dentro de Nueva York, y lo hace porque es una forma de señalar la fragilidad del sistema y cómo cada día existe la posibilidad de que cualquiera muera.
“Antes pensábamos que el sistema era grande y muy fuerte, imposible de desaparecer, pero en los últimos años la realidad nos ha demostrado que es muy frágil”, expresa.
Recordemos las grietas de nuestro sistema financiero y cómo la economía se cae en una semana a partir de la crisis; pensemos en el sistema ambiental y cómo la contaminación lo ha llevado a otra crisis. “Y aunque no sé cómo será el futuro, existen cambios, sí, pero al final siempre subsiste el sistema”.