Tradicional Pastorela Mexicana arranca en el Instituto Cultural

Con un llamado a retomar la tradición de las pastorelas y entre ponche, piñatas, música y una verbena, Corvus Producciones arrancó anoche la edición numeró 26 de la Tradicional Pastorela Mexicana, en el Claustro del Instituto Cultural Helénico, en esta capital.
Bajo la dirección y producción de Rafael Pardo, el espectáculo familiar de posada, pastorela y cena, cuenta con la participación de más de 25 actores, músicos y bailarines, quienes sorprenden al presentar al mismo tiempo: teatro, fe y mucha diversión.
La obra narra la historia de unos pastores que intentan ir a Belén para adorar al Niño Dios recién nacido, pero un grupo de diablos ponen toda clase de obstáculos en su camino para impedirlo.
Al final vence el bien, Lucifer es derrotado por un ángel, y los pastores entregan regalos para el Santo Niño, lo arrullan y le cantan villancicos. Todos los asistentes besan al Niño y con la tonada de la despedida se termina la actuación.
“La pastorela está divida entre el bien y el mal. Es la enunciación a los pastores, después de los peregrinos que deciden ir a Belén a adorar al Niño Jesús y que a su vez son tentados por el demonio que en este caso son los siete pecados capitales; al final las tentaciones son vencidas y la gente llega adorar al Niño Jesús con cantos, villancicos y música navideña”
Son fiestas que los niños recuerdan prácticamente toda su vida. Afortunadamente en los mercados se siguen vendiendo piñatas y colación, entonces no está extinta, está desdibujada”, dijo el promotor cultural para quien “hay que vivir nuestras tradiciones que son divertida y que le hacen bien a la familia y a nuestra propia cultura”.
Pastores, diablos, ángeles, arcángeles, indios y rancheros son algunos de los personajes que desfilan por espacio de hora y media, acompañando al final a la Virgen María, San José y el Niño Jesús.
Para Pardo, las pastorelas hoy “se están desdibujando” producto de la globalización y transculturización, por lo que pugno se retomen estas tradiciones a fin de las nuevas generaciones las conozcan y difundan.
Lo más importante es que la gente en colonias y barrios remonten esta tradición, se den cuenta que es algo divertido, que une a la familia y que tiene ver con el encanto de los niños.
Con un costo de 350 pesos para adultos y 300 para niños, la Tradicional Pastorela Mexicana inicia cuando al llegar la gente es recibida con un ponche caliente; enseguida se les invita a disfrutar del montaje con la presencia de más de 25 actores, músicos y bailarines en escena, reyes magos y hasta pirotecnia.
Más tarde, se rifan piñatas en una verbena popular; instantes después los asistentes cantan la letanía navideña y en un segundo escenario donde se encuentra la Virgen María y San José se pide posada. Al final, los presentes disfrutan de tamales oaxaqueños y atole.