Riña las llevó a caerse hacia barranca; ambas murieron

La pequeña Camila ayer vio caer a su madre y a una amiga al precipicio. La niña descendió 80 metros por la orilla de una barranca para ayudarlas, pero ellas ya habían muerto.
Era casi la una de la madrugada de ayer cuando la niña escuchó una discusión entre Rosa María, su madre y Rebeca. Ellas eran compañeras de trabajo y la tarde del domingo se reunieron a tomar cervezas en casa de Rosa María, en el municipio de Huixquilucan. La cita en el domicilio, ubicado en lo alto de una barranca del pueblo de Santiago Ya-cuitlalpan, comenzó a las tres de la tarde, según familiares.
Con las horas llegó la noche y con ella una discusión entre las dos mujeres, quienes habían consumido cervezas en exceso.
Era medianoche cuando los gritos de ambas despertaron a Camila.
Ella fue testigo del altercado entre su madre y la invitada. Las ofensas terminaron en empujones y golpes, que llevaron a las dos mujeres a la parte trasera del domicilio. Ese lugar da hacia la barranca de Santiago Yacuitlalpan.
En su lucha, Rosa María resbaló. Ella alcanzó a sujetarse de Rebeca, pero ninguna de las dos logró mantener el equilibrio y ambas cayeron. Así lo dice la menor, que al asomarse hacia el despeñadero vio rodar a las mujeres.
Sin ayuda, Camila caminó por la orilla de la barranca en busca de un sendero que la llevara al fondo del terreno.
No lo encontró, por eso ella decidió descender por las piedras y arbustos, en las que también rodó. Herida, la niña siguió su descenso por la barranca hasta hallar a su madre.
Ella yacía entre los matorrales y no respondía. Camila quiso pedir ayuda, pero el ascenso por una pared de unos 80 metros de altura le impidió regresar al pueblo.
Ella permaneció sentada a un lado del cadáver de su madre hasta que amaneció.
A las 8:00 de la mañana logró subir por la cañada y pedir auxilio a sus tíos.