Como parte de las acciones emprendidas por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí a través del Departamento de Protección Civil Universitario para mantener las verdes en mejores condiciones y saludables para el uso de los estudiantes y el ambiente, se llevará a cabo la tercera fase del operativo poda de árboles, misma que se estará realizando con el apoyo de personal de la Facultad de Agronomía para poder dictaminar correctamente su tratamiento.
La jefa del Departamento de Protección Civil Universitario de la UASLP Estela Dibildox Alvarado, informó que derivado de la continuidad del operativo poda y tala de árboles, del cual se tiene la anuencia del Rector de la máxima casa de estudios potosina, arquitecto Manuel Fermín Villar Rubio se han realizado algunos recorridos en la Zona Universitaria Poniente, mismos que han sido apoyados por personal de la Comisión Nacional Forestal, Profesionales de la Facultad de Agronomía, Personal del Departamento de Mantenimiento y Personal del Departamento de Protección Civil Universitario, en los cuales se recalca la importancia de mantener un adecuado aclareo en la zona arbolada, y así procurar un mejor desarrollo de los mismos árboles, una mejor conformación de la copa y a su vez lo más importante mitigar el riesgo que representan.
Agregó que esta condición repercute en una mejora estética y en una mejor sanidad en todo el campus universitario y la procuración de la salvaguarda de la comunidad universitaria: “los árboles suprimidos, tienden a ser más susceptibles a ciertas plagas y enfermedades, las cuales reducen el crecimiento de los mismos, dando como resultado final la muerte por falta de espacio, luz, nutrientes entre otros factores”.
Gran parte de los árboles suprimidos tienden a presentar una plaga muy común en los eucaliptos denominada Glycaspis brimblecombei; esta plaga se caracteriza por ser succionadora de una pequeña savia, que comprende entre 1 y 5 milímetros de longitud, se alimenta de hojas nuevas y brotes.
Su característica que lo hace visible a simple vista es que este insecto construye un escudo protector cónico azucarado, de color blanco cristalino, bajo el cual permanecen hasta transformarse en adultos. Las poblaciones numerosas de estos insectos, al alimentarse, secretan una sustancia azucarada que se deposita sobre las hojas, formando una fumígena que torna las hojas oscuras y de aspecto desagradable.
La química Estela Dibildox, explicó que los cipreses son árboles de conformación alargada y de gran altura, y aunque su belleza es propia de la especie, representa una amenaza para la seguridad de los mismos estudiantes: “para evitar algún accidente, se propone apoyar a estos con tensores sostenidos al edificio donde están colocados, lo anterior debido a que ya se desplomó uno en esta zona, y como vienen los aires de febrero y marzo estamos expuestos a que otro cipreses se derribe y cause daños materiales o humanos”.
También añadió que es importante no mantener a los árboles suprimidos, ya que estos árboles han sido limitados en su crecimiento por árboles vecinos con mayor vigor, por lo cual es necesario eliminarlos, ya que tarde o temprano morirán por exceso de competencia.
“Se han observado algunos árboles en fases terminales) o en ciertos casos ya muertos que pueden ocasionar un peligro cuando los vientos se agudizan. Se recomienda bajar la altura si es que las Facultades desean conservarlos, o en su caso eliminarlos para evitar algún daño futuro a la comunidad universitaria”.
Por último, agregó que algunas de las recomendaciones en las áreas donde se realizó algún tipo de aclareo ya sea por supresión o por muerte del arbolado, se reforeste con especies nativas que tengan las cualidades para los diferentes espacios de la zona universitaria: “todas estas acciones pueden asegurar en un futuro una mejor estética del campus y por ende un menor problema para la comunidad universitaria. Es importante realizar esta acción, ya que se ha estado observando el desarrollo de nuevos brotes en árboles que ya han sido derribados”.