NUEVA YORK.- Un adolescente neoyorquino de 17 años se ha convertido en toda una leyenda en su instituto después de haber ganado en los últimos meses unos US$ 72 millones invirtiendo en bolsa, según contó a la revista New York Magazine.
«Muchos jóvenes empiezan en empresas emergentes («startups»), pero son una burbuja. La bolsa y las inversiones siempre estarán ahí. El dinero siempre rota», aseguró el joven, Mohammed Islam, en una entrevista que publicó hoy el medio. Islam, que planea lanzar su propio fondo de alto riesgo cuando cumpla 18 años el próximo mes de junio, logró amasar su fortuna invirtiendo en los mercados del oro y el petróleo en los últimos meses.
Hijo de inmigrantes de la región de Bengala, el joven vive en el barrio de Queens pero estudia en el conocido instituto público Stuyvesant de Manhattan, a unos pasos del World Trade Center, al que solo acceden los estudiantes más cualificados. «¿Qué mueve el mundo? El dinero. Si el dinero no circula, si las empresas no progresan, no hay innovación, no hay productos, no hay inversiones ni crecimiento, ni empleos», respondió Islam, a quien la revista define como «tímido» y «modesto».
El estudiante, que preside el Club de Inversores del prestigioso centro educativo, fue incluido recientemente en la lista de los veinte jóvenes menores de veinte años más influyentes de Wall Street por la revista Business Insider. Islam planea ir a la universidad el próximo año y, aunque todavía no tiene licencia de conducir, ya se ha comprado un coche BMW y quiere alquilar un apartamento en Manhattan, pero sus padres no le dejan marcharse de su casa en Queens.
«Es nuestro maestro.Él va a ganar la pasta y nosotros vamos a intentar cubrir sus necesidades», aseguró a la misma revista un amigo del estudiante aspirante a financiero con el que planea lanzar el fondo especulativo. Una vez que obtenga la licencia de corredor de bolsa espera ganar 1.000 millones de dólares en un año, aunque Islam asegura que no es solo por ganar dinero. «Queremos crear una especie de hermandad (…) y ser influyentes como los hermanos Koch», añadió.
Sin embargo, su principal referente es el destacado inversor y filántropo Paul Tudor James, otra leyenda de Wall Street de quien asegura que la principal lección es que se aprende más «perdiendo que ganando».