Puede salvarnos la Virgen de Guadalupe: Cabrero Romero

Tras advertir que las inversiones que realizará la automotriz General Motors, anunciadas por el presidente Enrique Peña Nieto, podrían escaparse de las manos por falta de suficiente mano calificada, el arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero, mostró preocupación por “la debilidad de la presidencia de la república”.
—¿Le preocupa que el presidente de la república se encuentre débil? –se le preguntó al ser entrevistado en el presbiterio de la Basílica de Guadalupe en San Luis Potosí, momentos antes de que presidiera la solemne eucaristía Mariana.
—Sí, me preocupa –respondió. Porque –abundó—, porque podríamos caer en el caos y (esto) no conviene a nadie. Ni conviene al Estado, ni le conviene a nuestras autoridades, ni al pueblo de México.
Respecto de los últimos escándalos en los que se han visto involucrados el propio presidente, su esposa y, recientemente, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, en la adquisición poca clara de mansiones millonarias, el arzobispo llamó a la transparencia porque, dijo, “no queremos más casas no blancas, ni amarillas… ni azules”, fondeadas con recursos públicos. Advirtió a los funcionarios sobre la importancia de dominar sus ambiciones personales…
—Porque hay quien cree que el poder da casta, que el dinero da casta; o, el placer.
Y esto –aseveró—, divide. Por ello, llamó a la unidad, a la solidaridad, invocando a la Virgen de Guadalupe como la única que podrá salvar al país y a la nación, porque consideró que ella ha dado identidad y fortaleza al pueblo de México.
—¿Considera que la Virgen de Guadalupe es la única que puede salvar a México?
—Sí, ella; pero el milagro lo tenemos que realizar nosotros. Ella qué quisiera, sino nosotros, acogiendo su mensaje –respondió.
Sobre la inversión millonaria anunciada por la presidencia, el jerarca católico potosino dijo, en broma, esperar que “no se hagan más casas”, ni blancas, ni amarillas ni azules.
No obvió que esta inversión ha llegado en un entorno de descrédito del país, a raíz de “situaciones internas” (en referencia a las tragedias de Ayotzinapa y Tlatlaya); dijo esperar que esta inyección de recursos llegue “verdaderamente” a quienes más lo necesiten.
Pidió superar la esterilidad de la indiferencia, porque esta impide la unidad, frena la justicia y profundiza la corrupción y la impunidad.
Interrogado sobre las dificultades que 2014 ha dejado a los mexicanos, en materia de violencia, de abuso, corrupción que han golpeado con severidad a los mexicanos, el arzobispo dijo que “golpeamos mucho, todos” por lo que no descuidó que “las inversiones, así como llegan, se pueden ir, si no estamos preparados. Por eso urge la educación, una educación seria e integral, que empiece desde el hogar, que apoye la paz y la unidad familiar, que el principio de origen de la paz”.