El sacerdote Rubén Pérez Ortiz, director y promotor de Cáritas Diocesana y la Casa de la Caridad Cristiana Hogar del Migrante, que sostiene la Arquidiócesis en San Luis Potosí, recibió ayer por sus trabajos en pro de la protección de los derechos de los migrantes centroamericanos el Premio Estatal de Derechos Humanos 2014.
Conjuntamente con el sacerdote el gobierno estatal reconoció la labor emprendida por a favor de la comunidad en condiciones de alta y muy alta vulnerabilidad al director del Instituto para Débiles Visuales Ezequiel Romo, Alejandro Fernández Montiel y el periodista potosino Guillermo Luévano.
Rubén Pérez Ortiz subrayó la gravedad de la situación en el entorno de las emigraciones que la comunidad centroamericana padece en su tránsito por el estado de San Luis Potosí consistente en el abuso sexual que sufren el 90 por ciento de las mujeres que pasan por la entidad en la penosa ruta hacia la Unión Americana.
El sacerdote enfatizó en la práctica sistemática de las autoridades policíacas y de la delincuencia de extorsiones a los flujos migratorios que van desde los 5 mil hasta, en ocasiones, los cien mil dólares.
Pérez Ortiz indicó que para disminuir estos índices de violación a los derechos naturales de los migrantes, la Casa Hogar ha trabajado consistentemente con las autoridades municipales, estatales y federales, así como con la comunidad del Barrio de Tlaxcala, donde se asienta la Casa de la Caridad Cristiana.
La presea estatal de Derechos Humanos entraña no solamente el reconocimiento del director de la Casa de la Caridad Cristiana, sino fundamentalmente, del esfuerzo que este sentido ha realizado el equipo que integra esta instancia de caridad que se apoya a su vez en la solidaridad de los potosinos y en la disposición de las autoridades públicas, exteriorizó.
La casa de la Caridad Cristiana, que funcionó durante cinco lustros consecutivos, como se recordará, debió ser cerrada en el año de 2011, toda vez que el entorno en el que se ubicaba en el Barrio de San Juan de Guadalupe, desprendía severos riesgos para la integridad de los migrantes, tomándose la drástica determinación, y en el marco de severas críticas del sacerdote Alejandro Solalinde, de buscar una nueva ubicación con miras a construir un alberge más amplio y con mayor seguridad.
En el mes de julio de 2011, luego de cuatro meses, la Casa de la Caridad Cristiana se reinstaló en el tradicional Barrio de Tlaxcala, sobre la Calle de Juan Álvarez, sobre una superficie aproximada a los 3 mil metros cuadrados; el nuevo recinto de los migrantes no ha estado exento de riegos y problemas, pero al contar con la disposición de los vecinos y de las autoridades públicas, el impacto de estos ha venido reduciéndose para garantizar la seguridad de los migrantes y asimismo de los vecinos.