Taxis piratas

Desde que en siglo XIX durante la época napoleónica aparecieron los primeros taxis como ya como un servicio autorizado por el estado, esta forma de trasporte ha sido un gran negocio económico.
Durante ese periodo este servicio lo utilizaba el jefe de la policía que era el sagaz José Fouché como instrumento de espionaje sobre todo de lo que sucedía en la altas esferas en Paris, ya que los conductores de estos carruajes se enteraban acerca de los lugares a donde iban sobre todo los personajes más poderosos, que no querían utilizar sus propios carruajes para pasar inadvertidos y con los que entablaban conversación.
Dos siglos después se siguen utilizando los taxis como negocio económico y hay quien dice que también como un sistema no tan moderno de espionaje.
Recientemente se han dado manifestaciones muy airadas de parte de los taxistas por la invasión no solo en la capital, sino en todo el estado de lo que llaman servicio pirata de taxis. Sin presentar estadísticas confiables denuncian que hay alrededor de 3 mil taxis piratas en el estado.
Mientras por su parte el Secretario de Comunicaciones al parecer para tranquilizarlos les ha dicho reiteradamente que en este sexenio no se dará ni una concesión más.
El pirataje de taxis o servicio informal de taxis a todas luces no es otra cosa que el reflejo de la carencia de este servicio.
Y más aun es una manifestación clara de la necesidad de servicios alaternos de trasporte público en el estado.
El mercado tiene leyes casi inviolables como son la oferta y la demanda, la fijación de precios, la calidad del producto o servicio y otras más trátese de lo que se trate. En este caso los taxis piratas son expresiones de demanda que no tienen lugar a duda y si es cierto que existen 3 mil taxis piratas, es porque la población demanda ese servicio que ya no alcanzaron a cubrir las actuales concesiones.
El mercado informal abarca también el servicio de taxis. Hay un principio en las teorías de mercadotecnia: mientas haya compradores habrá vendedores
Y es absurdo de parte del gobierno del estado que en lugar de satisfacer la demanda de la población, se pretenda de una manera totalmente contraria a las teorías del mercado, reprimir amenazando con multas y hasta con cárcel a quienes están prestando ese servicio.
Lo que menos podría esperarse es que el propio gobernador saliera y anunciara que cuanto antes se implementaran otros servicios de transporte público, tanto para las zonas urbanas como para las zonas rurales poniendo por delante el interés y la seguridad de la población.
Al estado potosino se le pretende etiquetar como un estado moderno con todos los servicios, pero la verdad es que en muchos aspectos se encuentra muy por debajo de lo que podría ser la línea mínima de calidad:
Vialidades en pésimas condiciones, transporte público muy malo y sin alternativas, la zona metropolitana subrayadamente carece de agua potable, la inseguridad a pesar de los discursos es sumamente grave, , pero para quienes vivimos en esta entidad nos parece subrayadamente absurdo que en vez de solucionar la carencia de transporte público, regularizando, controlando, supervisando, incorporándolos a la formalidad, esto incluye el pago de impuestos, los amenace el gobierno del estado con sanciones y cárcel.
Tal vez el misterio de todo esto radique en que el servicio de taxis en el estado tiene un mercado que deja más de 2 mil millones de pesos al año pagados en pequeñas cantidades y en efectivo.