Expertos sugieren retomar la alimentación de civilizaciones pasadas

El maestro en ciencias José Nelson Montoya Toledo, del Departamento de Agroecología de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), durante su participación en el Simposio Internacional “Nuevas perspectivas en Agroecología para una nutrición saludable”, organizado en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, a través de las Facultades de Agronomía y Veterinaria, y Medicina habló de la nutrición que aporta la agroeco-logía a las familias.
En entrevista, Montoya Toledo, destacó que la alimentación impacta directamente en la nutrición, por ello la importancia de hablar del esquema de la agricultura familiar, y de cómo la agroecología a través de sus técnicas y formas de producción promueve una alimentación saludable: “En general en el mundo estamos viendo que son cerca de diez o quince especies las que nos alimentan, y en México esta tendencia va siendo cada vez más parecida a los últimos veinte años, esto quiere decir que si seguimos esta tendencia en el futuro la humanidad va a depender sólo de unas cuantas especies para su alimentación”.
“Aún más ahora con la introducción de los transgénicos en México, se acaba de aprobar la alimentación con transgénicos, y de productos de alimentos derivados de plantas transgénicas; tenemos en México un acervo genético impresionante, tan sólo  tenemos más de sesenta razas, y en este caso con la agroecología lo que promovemos es la diversidad de las especies en general y la diversidad genética intraespecies. Por ello estas cambios impactarán en la alimentación”.
Aseguró que debemos retomar nuestra historia como las civilizaciones mesoame-ricanas más antiguas lo hacían: “el esquema de la milpa por ejemplo aportaba una gran cantidad de alimentos, por ejemplo en la Sierra Norte de Puebla de este año, entre la milpa y el solar, lo que se llama el traspatio y lo que recolectan del monte son cerca de treinta especies distintas de las cuales las familias se alimentan”.
Entonces, indicó que esta tendencia es distinta: “si vemos que estos alimentos son recolectados naturalmente y/o reproducidos sin el uso de agroquímicos esto tiene un impacto en la alimentación, y si agregamos el valor nutricional de cada uno de estos, la alimentación se enriquece.
Volviendo a la milpa, aseguró el investigador, él mínimo gramaje consumido diariamente de maíz, frijol y calabaza  aportan carbohidratos, proteínas y minerales, si esto se complementa con los chiles, quelites etcétera, la dieta se va enriqueciendo y esto implica una nutrición más abundante y variada, aspecto que sirve más a nuestro cuerpo”.