Rinden homenaje a Leñero en Bellas Artes

El escritor, periodista, dramaturgo y guionista Vicente Leñero recibe un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, tras su muerte ayer a los 81 años.
Un prolongado y sonoro aplauso se escuchó al momento que entró al palacio la urna con las cenizas de Leñero. Al fondo, la música de un cuarteto de cuerdas.
Estela Franco, viuda de Leñero y sus hijas Mariana, Eugenia y Estela, no paran de recibir condolencias y abrazos.
El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, encabeza el homenaje para Leñero, a quien definió como «uno de nuestros grandes intelectuales». Lo acompaña María Cristina Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Ignacio Solares, quien trabajó durante 12 años con Vicente Leñero en la revista de la Universidad y antes en Proceso y Excélsior, dijo que el autor de ‘Los albañiles’ hizo una de las mayores aportaciones al periodismo nacional.
«Deja un hueco imposible de llenar. Fue un hombre coherente con sus ideas y su religiosidad. Un cristiano cercano, sencillo, que sabía escuchar. Un amigo entrañable», dijo Solares.
La urna que contiene los restos del escritor y periodista está sobre una plataforma negra colocada al centro de la alfombra roja al pie de la escalinata principal del Palacio de Bellas Artes. En las paredes y a los costados se ven coronas y arreglos de flores blancas.
Es en ese espacio donde se montan las guardias de honor, una de éstas por el equipo de la revista Proceso, de la que Vicente Leñero fue fundador. Por un momento se rompe la solemnidad del acto con el grito de «¡Proceso sigue!».
El público entra a Bellas Artes para despedir a Leñero, al mismo tiempo que desfilan personalidades como Luis de Tavira, Víctor Ugalde, Ricardo Cayuela, Alberto Estrella y Blanca Guerra. También Jesús Ochoa, Marta Lamas y Julieta Fierro.
Previo al homenaje, Enrique Singer expresó: «se va uno de los grandes dramaturgos del siglo XX. Es una gran pérdida para el mundo del teatro».
El poeta y crítico Adolfo Castañón dijo que Leñero era un hombre que conocía las letras en todos sus géneros: «se va un hombre en el sentido pleno de la palabra, se conocía la letra en sus distintos géneros, pero sobre todo se conocía la vida de las letras». «Deja una ética de la palabra y la inmensidad de que el escritor siempre tenga prendida la llama de la conciencia ética».
Arturo Beristáin expresó que la muerte de Leñero «es una terrible pérdida, el país necesita mentes como la de él, con su lucidez y su compromiso, el gran homenaje además de acompañar a su familia es leerlo, en un país que no lee, por eso estamos como estamos».