Vicente Leñero, escritor católico

Especialmente en El evangelio de Lucas Gavilán, pero sin que deje de ser una constante en sus novelas, relatos e incluso guiones para cine como El crimen del Padre AmaroVicente Leñero escribió desde el catolicismo, en el sentido de su postura ante el mundo. Nunca negó su cercanía con Dios ni con las filiaciones espirituales con sus amigos de toda la vida, entre ellos Ignacio Solares, Javier Sicilia y Francisco Prieto.

Leñero, el escritor que siempre se manifestó católico y que todos lo asumen católico sin saber bien a bien de qué se trata cuando le aplican ese calificativo, escribió en El evangelio de Lucas Gavilán: «Lo único que puedo decirle y hasta jurarle es que hay ateos más cristianos que los cristianos, y cristianos más ateos que los ateos«.

En una entrevista que le hizo Silvia Cherem para la Revista de la Universidad, el escritor nacido en Guadalajara pero llegado pronto al DF, dijo que sus padres eran muy diferentes «Ella, religiosa y clerical; él, guadalupano de corazón, pero más bien liberal. En mi juventud, me escondía de ella para leer los libros que la iglesia católica tenía en su índice de autores censurados y que se empeñaba en encerrar con cuatro llaves.»

Así fue educado por los lasallistas que a su hermano y a él les inocularon la religión hasta el tuétano. «El discurso era represivo y demoledor. Me hicieron creer que el mundo estaba lleno de maldad». Luego siguió su noviazgo con Estela Franco, a quien conoció en la Acción Católica. «Yo era religioso, más por legado que por convicción, y por eso fue fácil que mis compañeros del Cristóbal Colón me emboletaran a trabajar en esa organización de corte excesivamente conservador».

Pedro Ángel Palou asegura que Leñero fue un escritor católico que además vivió una experiencia importantísima «yo hablaba mucho con él de Lemercier y del famoso monasterio benedictino en Cuernavaca, donde también estaba De Távira, que es otro creador que estudió con jesuitas creo que hasta el filosofado».

Palau afirma que su literatura no es una escritura de tesis pero sí se puede ver en casi todas sus obras que hay una mirada católica, lo mismo que en su guionismo. «No sólo en El crimen del Padre Amaro sino también en El callejón de los milagros que no tendría qué ver con la religión. Hay una mirada muy particular sobre el tema de la culpa, sobre el tema del pecado, pero también sobre el tema de la bondad».

Vicente Leñero siempre se definió como un creyente de la religión, pero no clerical: «También los laicos somos Iglesia católica y tenemos el derecho y la obligación de señalar y denunciar, hasta despotricar, lo que ocurre en nuestra realidad religiosa, incluyendo la sucia política eclesiástica… Me obsesioné con los temas católicos y los abordé como me dio la gana», declaró en entrevista con Silvia Cherem.

Leñero también exploró los temas religiosos desde el periodismo. Escribió sobre asuntos como la teología de la liberación y la presencia de figuras incómodas para la jerarquía católica, como el padre Gregorio Lemercier, quien renunció al sacerdocio para crear la comunidad de «Emaús»; Lemecier fue una figura central en el pensamiento de Vicente Leñero.

También lo fue el polémico obispo de Cuernavaca, Sergio Méndez Arceo, de quien Leñero trató, infructuosamente, de escribir su biografía, pero los acercamientos más importantes sobre él los tuvo en entrevistas y varias crónicas como la que aparece en su libro Periodismo de emergencia, publicado en la colección de Periodismo Cultural de Conaculta.

Fabrizio Mejía Madrid dice en entrevista que una de las anécdotas que el propio Vicente Leñero le contó sobre el riesgo de ser un escritor católico es que cuando hizo el guión de El crimen del Padre Amaro y se estrenó la películas, sufrió críticas incluso de sus propios amigos.

«Todos sabemos que leñero se reunía con los escritores católicos, entre ellos Javier Sicilia, Ignacio Solares, Gabriel Zaid, quien era como el gurú del grupo de escritores católicos y como dice Leñero de ‘Los mochos; se reunían cada determinado tiempo y hablaban, pero después de hacer el guión del Padre Amaro Leñero llegó a la reunión y Zaid pidió que lo expulsaran del grupo», contó Mejía Madrid.

Para Fabrizio Mejía Madrid fue una anécdota muy clara de que incluso entre sus amigos, Vicente Leñero sufría mucho de incomprensión.

«Leñero me contó que le dijo a Zaid: ‘no soy yo el que hizo la historia, yo nada más la adapté’, pero no hubo conciliación y se pelearon Zaid y Leñero, porque él dice: ‘yo puedo ser católico pero no hablo de catolicismo ni en las novelas ni en los textos, mientras que Javier sí tiene novelas que hablan de católicos, también Zaid tiene un discurso moral cuando dice que la economía viene del catolicismo mientras que Leñero no lo hacía».

Vicente Leñero sostuvo un diálogo constante con sus amigos católicos, pero también en sus obras lo sostenía por el interés de las temáticas que abordaba; allí están Pueblo rechazadoRedil de Ovejas y El juicio, en el que aborda el caso de José de León Toral, asesino del Álvaro Obregón; también están Martirio de Morelos y desde luego la adaptación de la novela El crimen del padre Amaro, novela del escritor José María Eça de Queiroz escrita en 1900.

Luego, a partir de la película dirigida por Carlos Carrera -que se convirtió en la cinta más taquillera del cine mexicano de los últimos años- Vicente Leñero escribió su propia versión en una novelita titulada El Padre Amaro, donde aborda la religión, las narco propinas y el poder clerical corrompido.