Familiares colaboran con PGR en extracción de restos en fosas

Familiares de desaparecidos de la región norte de la entidad y la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), confirmaron que ya hay coordinación con la Subprocuraduría de Derechos Humanos Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad, de la Procu-raduría General de la República (PGR), para la extracción de restos óseos en fosas clandestinas que ellos ubicaron.
En los próximos días, anticipó Miguel Angel Jiménez Blanco, coordinador UPOEG, apoyarán a personal de la PGR para excavar en 50 supuestas fosas que encontraron, señaló, identificadas por los pobladores de Iguala; hasta el momento, los familiares han ubicado nueve fosas. El martes pasado, funcionarios de la dependencia acudieron a la iglesia de San Gerardo Mayela, a donde cada día, según la UPOEG, llegan más familiares de desaparecidos.
Ahí firmaron un convenio que les permitía a los dolientes seguir buscando restos en fosas clandestinas, pero junto con peritos y ministerios públicos federales. Sin embargo, la gente se molestó con la dependencia, pues consideraron que los engañaron, porque ese día ya no se les permitió la entrada a las comunidades de La Joya y La Laguna.
En esa zona, al poniente de Iguala, a unos 10 kilómetros de Las Parotas, fueron halladas las primeras fosas clandestinas, tras la búsqueda de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos el 26 de septiembre.
Jiménez Blanco informó que las búsquedas continuarán, lo que implica que comenzaron a rascar la tierra para encontrar restos humanos, para que con las pruebas de ADN que la PGR realiza a familiares se puedan hacer estudios para verificar si corresponden a personas no localizadas.
El pasado jueves, EL UNIVERSAL publicó que al menos 200 personas se unieron, tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, para buscar a sus familiares, quienes contaron casos, como el Mayra Vergara, quien relató que hace dos años y medio su hermano Tomás fue secuestrado en Huitzuco, Guerrero; desde entonces, por temor, se quedaron encerrados en su casa, pero ahora tomaron fuerzas y salieron a buscarlo.
Como ella, decenas de personas se organizan para “excavar en el estado que se ha convertido un cementerio sin nombres”.
Hasta que se organizaron, la PGR acudió a Iguala a tomarles muestras de ADN, para confrontar los resultados con los restos óseos que ellos descubrieron en una fosa en Cerro Gordo, al poniente de Iguala.