La marginación, la desigualdad y la pobreza son características de los centros de población rurales en la región del Altiplano Potosino, abandonado de la mano de las autoridades públicas, ajenas al cumplimiento del mandato constitucional que han obtenido de la ciudadanía, aún de aquellos a quienes el olvido de muchas décadas los ha llevado a saciar su sed en los abrevaderos y en las charcas de aguas pútridas.
Así lo asentó, en el marco del enésimo plantón que realizan frente al Palacio de Gobierno, el portavoz de los antorchistas potosinos, Miguel Ángel Álvarez López, quien recordó que el año pasado, por estas mismas fechas se mantenían las mismas demandas, reclamos y exigencias. Diciembre de 2014, es idéntico para los depauperados campesinos que han sobrevivo en la esperanza, aseguró el líder antorchista.
La respuesta del gobierno (estatal, federal y municipales), ha sido característicamente pobre, e insuficiente, cuando no nula, acusó; la organización social, la organización de las comunidades en situación de precariedad y de alta vulnerabilidad, ha sido objeto de difamación, de hostigamiento, de persecución, desprecio, discriminación y criminalización por parte de servidores públicos ensoberbecidos, ambiciosos, egocéntricos y desleales, apuntó.
Reparó que, hoy, al igual que el año anterior, los paupérrimos cultivos del Altiplano se encuentran en riesgo de perderse por las bajas temperaturas; en aquellos poblados del Altiplano, dijo, el frío merma personas, animales y cultivos; personas deficientemente alimentadas, enfermas y carentes de esperanza.
Los programas de garantía y protección a los cultivos se sujetan a la voluntad y el capricho de los gobernantes, a la lenta reacción de las burocracias públicas, gordas y exageradamente bien pagadas, a quienes no importa que los campesinos vivan o no, produzcan o no, coman o no.
Por eso nuestra gente sobrevive bebiendo agua de las charcas, comiendo ratas de monte y víboras de cascabel, sin servicios, sin seguridad, sin salubridad y aún con ello, se pretende negarles sus derechos más elementales, criticó.
Indicó que los plantonistas han expresado su voluntad de mantenerse, pese al frío, pese a la inseguridad, frente al Palacio de Gobierno en exigencia de ser atendidos y con el interés de mantener su derecho a la denuncia pública.
