Erradicar violencia, injusticia y discriminación, pide Cabrero R.

En el oficio religioso de este domingo, el Arzobispo Jesús Carlos Romero Cabrero, junto con el Papa Francisco, pidió tres cosas: mirar el pasado, abrazar el presente con pasión y abrazar con esperanza el futuro.

Asimismo pidió trabajar para erradicar la cultura del enfrentamiento, evitar la violencia, la injusticia, la discriminación; sustraerse del relativismo y la irrelevancia social que nos lleva a mirar con indiferencia lo que sucede en nuestro entorno vital.

Advirtió a las congregaciones y órdenes religiosos el riesgo que entraña caer en el pozo profundo de la globalización, llamándolas a la fraternidad y la unidad para (re)construir las relaciones humanas, para hacer una sociedad basada en principios de justicia, de amor y de paz, comprometida en la búsqueda del bien para todos y construir un cielo y una tierra nuevos con justicia y sin violencia.

Durante la homilía de la eucaristía dominical, don Jesús Carlos hizo un llamado a la comunidad religiosa de la vida consagrada y a los laicos, a la unidad, tal y como en Roma, ayer mismo, lo hiciera el Papa Francisco.

En entrevista, tras la ceremonia religiosa dedicada a la vida consagrada y al primer domingo de adviento, el jerarca católico subrayó la importancia de las órdenes y congregaciones religiosas que, con sus diferentes dones y carismas, profundizaron y enriquecieron la evangelización, prestando servicios educativos, humanistas (en los hospitales)… “Por eso estamos contentos y agradecidos con todos ellos”, dijo.

Las órdenes y congregaciones religiosas llegadas de tierras europeas: franciscanos, agustinos, carmelitas, juaninos, entre otros, fueron las primeras fuentes de evangelización de México y de San Luis Potosi, poco a poco se fue afianzando el Evangelio hasta que se tomó la decisión se concretar la diócesis, explicó el Arzobispo Cabrero Romero.

Este reconocimiento de la importancia y significado de las órdenes y congregaciones de la vida consagrada no se había presentado en 180 años de la historia de la Iglesia Católica. Ayer se dio inicio al Año de la Vida Consagrada.

“Estas agrupaciones religiosas se han encargado del despertar de la conciencia en el marco de los mandatos de amor, de paz, de perdón y solidaridad expresados por Jesús”, expresó el Arzobispo.

Para ilustrarlo, acudió a un breve relato que consigna el momento en que un rabino pregunta a sus discípulos ¿En qué momento amanece? Encontrando respuestas indistintas y, les destaca que el nacimiento de un nuevo día llega cuando uno es capaz de mirarle la cara a los demás porque, a veces, la oscuridad la llevamos en el corazón.

Es lo que deseo a la familia potosina, abundó: que aprovechemos este tiempo de adviento (esperanza), para sacar la oscuridad que llevamos en el corazón y así salga de nosotros todo lo que nos separa al interior de la familia, como sociedad y nos miremos con fraternidad.