En Sao Paulo y la ciudad de México varias personas encarnaron a los personajes del comediante; en Colombia, el edificio más alto del país le ride un tributo de luces
El cariño que en América Latina se tiene a Roberto Gómez Bolaños, «Chespirito», se refleja en los tributos que varias personas, e incluso en algunos monumentos, se han rendido al comediante quien falleció el día de ayer a los 85 años.
Las antenitas de vinil, el traje de marinerito, el chullo peruano del Chavo del 8 y los tubos de doña Florinda se volvieron a ver en calles de ciudades sudamericanas cuando fans decidieron regresar a la vida a los personajes creados por su ídolo. Roberto Gómez Bolaños marcó a generaciones de niños latinoamericanos con sus personajes icónicos, clara muestra se reflejó en Sao Paulo, Brasil, donde grupos de personas se reunieron para cantar y recordar al comediante frente al Museo de Arte de esta ciudad. En Bogota, Colombia, la Torre Colpatria se iluminó con el característico corazón amarillo que enarbolaba en su traje el no muy habilidoso, pero sí carismático superhéroe mexicano «El Chapulin Colorado». El edificio más alto de Colombia, reconocido por sus juegos de luces en su fachada, se unió así al sentimiento de pesar que causó la muerte de Gómez Bolaños.
En la ciudad de México, también se observó a Chapulines y Chavos que se aprestaban a dar un último adiós a Chespirito durante la llegada de su cuerpo esta tarde a las instalaciones de Televisa San Ángel donde recibirá un homenaje. Asimismo el tributo se vio en el estadio Azteca donde se desarrolló un juego de futbol del equipo que idolatraba el histrión: el América.
