Chatarrizados más de 85% de camiones de carga: Torres M.

Los pequeños empresarios del transporte, los hombres-camión, como se designan para diferenciarse de los grandes transportistas, determinaron en el marco de un foro orientado al desarrollo competitivo del transporte en San Luis Potosí, replantear a las autoridades locales la problemática por la que atraviesan y subrayar la importancia y el impacto que estas empresas tienen para el desarrollo, la justicia social distributiva y la seguridad del Estado
Así lo destacó el presidente del Capítulo San Luis de la Alianza Mexicana de Organizaciones de Transportistas, Adolfo Torres Mendoza.
El líder camionero local dejó en claro que más del 85 por ciento de las unidades de transporte en San Luis se encuentran en situación de chatarrización y en un punto muy próximo a la quiebra; de hecho, señaló, algunos operadores-propietarios de unidades de transporte en las cuatro regiones del estado, han dejado de ofrecer sus servicios agobiados por altos niveles de endeudamiento e imposibilitados para adquirir nuevas unidades.
Los transportistas potosinos (y a nivel federal) han sido olvidados frecuentes de las políticas públicas de desarrollo y apoyo financiero, aseguró; manifestó que, en modo alguno, han solicitado recursos públicos, en calidad de subsidios; lo que los transportistas potosinos han propuesto al gobierno estatal es la creación de un fideicomiso.
Las aseveraciones de Torres Mendoza encontraron respaldo en el presidente nacional de la AMOTAC, Rafael Ortiz Pacheco, quien describió la situación de los hombres-camión en el país como desesperada y en un punto cercano a la quiebra; asimismo describió al sector, y particularmente a los pequeños transportistas, como una especie de “patito feo” de las autoridades federales y estatales que no tienen empacho en apuntalar con recursos a los grandes empresarios del ramo.
En el colmo, indicaron los transportistas mexicanos, los empresarios de este rubro padecen las consecuencias de la inestabilidad, tanto en lo que se refiere a los precios de los combustibles, como a la inseguridad que afrontan en las carreteras del país. Indicaron que, además, debido a las condiciones mecánicas de sus unidades han perdido competitividad con las grandes empresas nacionales y de Estados Unidos.
Los transportistas tomaron, asimismo, como punto de acuerdo el llamado a la unidad para realizar acciones que calificaron como desesperadas: bloqueos carreteros, caravanas, toma de gasolineras para recordar al gobierno federal la promesa de que, una vez entrada en vigor la Reforma Energética, bajarían los precios de los combustibles, cosa que no ha ocurrido; por el contrario se han mantenido los “gasolinazos” y, asimismo se han aumentado las cuotas de peaje, mermando con ello sus exiguas ganancias.