Autismo segunda parte

La mayoría de los padres de niños autistas empiezan a sospechar que algo no está bien cuando el niño tiene 18 meses y buscan ayuda hacia los 2 años de edad. Los niños con autismo se caracterizan por presentar dificultades en:
Juegos actuados
Interacciones sociales
Comunicación verbal y no verbal
Algunos niños con autismo parecen normales antes de 1 o 2 años de edad y luego presentan una «regresión» súbita y pierden las habilidades del lenguaje o sociales que habían adquirido con anterioridad. Esto se denomina tipo regresivo de autismo.
Las personas con autismo pueden:
Ser extremadamente sensibles en cuanto a la vista, el oído, el tacto, el olfato o el gusto (por ejemplo, puede negarse a vestir ropa «picante» y se angustian si se los obliga a usar estas ropas).
Experimentar angustia inusual cuando se le cambian las rutinas.
Efectuar movimientos corporales repetitivos
Mostrar apegos inusuales a objetos
Los síntomas pueden variar de moderados a severos.
Los problemas de comunicación pueden abarcar:
Es incapaz de iniciar o mantener una conversación social
Se comunica con gestos en vez de palabras
Desarrolla el lenguaje lentamente o no lo desarrolla en absoluto
No ajusta la mirada para observar objetos que otros están mirando
No se refiere a sí mismo correctamente (por ejemplo, dice «usted quiere agua», cuando en realidad quiere decir «Yo quiero agua»)
No señala para dirigir la atención de otros hacia objetos (ocurre en los primeros 14 meses de vida)
Repite palabras o memoriza pasajes, como comerciales
Utiliza rimas sin sentido
Interacción social:
Tiene dificultad para hacer amigos
No participa en juegos interactivos
Es retraído
Puede no responder al contacto visual o a las sonrisas o puede evitar el contacto visual Puede tratar a otros como si fueran objetos Prefiere pasar el tiempo solo y no con otros
Muestra falta de empatía
Respuesta a la información sensorial:
No se sobresalta ante los ruidos fuertes
Presenta aumento o disminución en los sentidos de la visión, oído, tacto, olfato o gusto Los ruidos normales le pueden parecer dolorosos y se lleva las manos a los oídos
Puede evitar el contacto físico porque es muy estimulante o abrumador
Frota superficies, se lleva objetos a la boca y los lame
Parece tener un aumento o disminución en la respuesta al dolor
Juego:
No imita las acciones de otras personas
Prefiere el juego ritualista o solitario
Muestra poco juego imaginativo o actuado
Comportamientos:
«Se expresa» con ataques de cólera intensos
Se dedica a un solo tema o tarea (perseverancia)
Tiene un período de atención breve
Tiene intereses muy restringidos
Es hiperactivo o demasiado pasivo
Muestra agresión a otras personas o a sí mismo
Muestra gran necesidad por la monotonía
Utiliza movimientos corporales repetitivos
Diagnóstico
Se debe practicar un examen rutinario para la evaluación del desarrollo en todos los niños en las consultas con el pediatra y es posible que se necesiten exámenes adicionales si existe alguna preocupación por parte del médico o de los padres.
Esto es particularmente cierto cuando el niño no alcanza cualquiera de los siguientes hitos del desarrollo del lenguaje:
Balbucear hacia los 12 meses
Hacer gestos (por ejemplo señalar, decir adiós con la mano) hacia los 12 meses
Decir palabras aisladas hacia los 16 meses
Decir frases espontáneas de dos palabras hacia los 24 meses (no sólo la repetición de lo que oye)
Perder cualquier habilidad social o del lenguaje a cualquier edad
A estos niños se les podría practicar una evaluación auditiva, un examen de plomo en la sangre y un examen para autismo como la Checklist for Autism in Toddlers o CHAT (Lista de Comprobación para Autismo en Niños que Empiezan a Caminar) o el Autism Screening Questionaire (Cuestionario de Detección de Autismo).
Por lo general, es necesario un médico con experiencia en el diagnóstico y tratamiento del autismo para hacer el diagnóstico real. Dado que no existe ninguna prueba biológica para el diagnóstico del autismo, éste con frecuencia se basa en criterios muy específicos de un libro llamado Diagnosticand Statistical Manual IV (Manual Estadístico y Diagnóstico IV).
Una evaluación diagnóstica del autismo incluirá con frecuencia un examen físico y del sistema nervioso (neurológico) completo, así como la utilización de instrumentos de detección, tales como:
ADI-R: Autism Diagnostic Interview – Revised (Entrevista diagnóstica para el Autismo revisada)
Autism Diagnostic Observation Schedule (Programa de Observación Diagnóstica del Autismo).

CARS:Childhood Autism Rating Scale (Escala de Valoración del Autismo en la Niñez)
Gilliam Autism Rating Scale (Escala de Valoración del Autismo de Gilliam)
Pervasive Developmental Disorders Screening Test-Stage 3 (Prueba de Evaluación de los Trastornos Generalizados del Desarrollo – Fase 3)
Por lo regular, se realizan pruebas genéticas (que buscan alteraciones cromosómicas) y posiblemente también pruebas metabólicas a los niños de los que se sospecha padecen autismo o ya se comprobó que lo sufren.

Dado que el autismo abarca un espectro de síntomas tan amplio, una observación breve y única no puede predecir las verdaderas habilidades de un niño. Por lo tanto, sería ideal que un equipo de distintos especialistas evaluara al niño. Dicho equipo podría evaluar:
La comunicación
El lenguaje
Las destrezas motoras
El habla
El rendimiento escolar
Las habilidades cognitivas
A veces, los padres son renuentes a que se diagnostique la enfermedad de un niño porque les preocupa que lo estigmaticen. Sin embargo, sin un diagnóstico, el niño puede no recibir el tratamiento y los servicios que necesita.

Tratamiento

La intervención temprana, apropiada e intensiva mejora en gran medida el resultado final de la mayoría de los niños pequeños con autismo. La mayoría de los programas se basarán en los intereses del niño en un programa de actividades constructivas altamente estructurado. Las ayudas visuales con frecuencia son útiles.

El tratamiento es más exitoso cuando apunta hacia las necesidades particulares del niño. Un especialista o un equipo con experiencia deben diseñar el programa individualizado para el niño. Se dispone de varias terapias efectivas, como:
Análisis del comportamiento aplicado (ABA, por sus siglas en inglés)
Medicamentos
Terapia ocupacional
Fisioterapia
Terapia del lenguaje y del habla
Igualmente, la integración sensorial y la terapia de la visión son comunes, pero hay pocas investigaciones que apoyen su efectividad. El mejor plan de tratamiento puede utilizar una combinación de técnicas.

Análisis del Comportamiento Aplicado (ABA)

Este programa es para niños pequeños con un trastorno del espectro autista y puede ser efectivo en algunos casos. ABA utiliza un método de enseñanza uno a uno que confía en la práctica del refuerzo de diversas destrezas. El objetivo es acercar al niño a un funcionamiento del desarrollo normal.

Los programas de ABA por lo regular se realizan en la casa del niño, bajo la supervisión de un psicólogo del comportamiento. Estos programas pueden ser muy costosos y no han sido adoptados ampliamente por los sistemas escolares. Los padres a menudo deben buscar fondos y conseguir personal a partir de otros recursos, lo cual puede ser difícil de encontrar en muchas comunidades.

TEACCH
Otro programa, denominado Tratamiento y Educación de los Niños Autistas y con Impedimentos Relacionados con la Comunicación ( Treatmentand Education of Autistic and Related Communication Handicapped Children,TEACCH ). Este programa fue desarrollado en todo el estado de Carolina del Norte y utiliza un esquema de figuras y otras indicaciones visuales. Esto permite al niño trabajar en forma independiente, al igual que organizar y estructurar sus ambientes.