La Iglesia Católica potosina manifestó que lo que reclama la sociedad mexicana es un México de paz, sin violencia, de pleno derecho, con instituciones que generen credibilidad, sistemas electorales transparentes y que ofrezcan certidumbre y certeza.
Juan Jesús Priego Rivera, portavoz de la arquidiócesis potosina, dijo que lo que requiere y reclama la nación mexicana es que no se presenten más fenómenos de rapiña, “buitres que están a la espera de aprovechar en su provecho cualquier situación”.
Y es que se abordó el tema de la falsificación de escenarios judiciales por parte del Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, quien intentó presentar como evidencia el falso testimonio de un tres presuntos delincuentes que se auto incriminaron como autores materiales de la incineración de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de la comunidad de Ayotzinapa, secuestrados por agentes de la Policía Municipal de Iguala, Guerrero y que se mantienen en calidad de desaparecidos.
El sacerdote evadió profundizar en ese aspecto y pidió confiar en las instituciones y en la marcha de los procesos y procedimientos de la investigación; también desechó la idea, generada por las declaraciones del presidente Peña Nieto, de la eventual existencia de un complot contra su gobierno, desprendiendo esta acusación presidencial cuando han crecido las críticas respecto de la presunta adquisición de una residencia con valor superior a los 130 millones de pesos, por parte de la señora Angélica Rivera, su esposa.
“Quisiera creer que en sus veinticinco años de carrera, la señora (Rivera de Peña) haya juntado 130 millones de pesos para comprar esa casa”; comentó que es loable que ahora la actriz y primera dama esté anunciando el desprendimiento de la misma.
Sobre el discurso de Murillo Karam, al presentar los testimonios que los peritos forenses argentinos echaron abajo, dijo creer en la sinceridad –en el momento del comunicado—del funcionario público. Dijo confiar en las investigaciones para el esclarecimiento de los hechos y destacó que “esto debe más que alimentar los rencores sociales a crear un México distinto, en México en donde no exista ni el secuestro, ni la desaparición, ni la extorsión… debemos crear un México distinto. Creo yo que Ayotzinapa fue la gota que derramó el vaso y que México, después de esto, no puede ser el mismo México”.
Sobre la adquisición de la millonaria residencia de Angélica Rivera y el descubrimiento de las propiedades de los Abarca-Pineda, el sacerdote dijo que ya basta de políticos que se enriquecen con el dinero público; ya basta de corrupción, de inseguridad y de crímenes.
Pidió no alimentar rencores, pero sin que esto signifique dejar en la impunidad a los responsables intelectuales y materiales de los delitos.
“No queremos un México convulso, descompuesto. Queremos confiar en nuestras autoridades”, concluyó.