El conocimiento del accidente ocurrido cuando un grupo de Boy Scouts retornaba de una excursión en el Estado de Morelos, sacudió a la sociedad potosina y a la Iglesia Católica, que el domingo anterior, en el contexto de la eucaristía del mediodía, los despidió.
El Canciller Fernando Ovalle González calificó la noticia como dolorosa y lamentó la muerte de cuatro de ellos. Dijo que la Iglesia ora por el consuelo de los padres, de las familias que han perdido en este accidente carretero a alguno de sus miembros; y, ora por la recuperación de los heridos.
“Son noticias que nadie qui-siera recibir, especialmente cuando se refiere a los niños. A los niños que tanto significan para la sociedad”, dijo.
Confió en que las autoridades civiles apoyarán a las familias afectadas por este infortunado accidente, a los padres de los niños fallecidos, a los heridos de quienes se espera una pronta recuperación y que requerirán de tratamientos y cuidados especiales para volver a la normalidad.
La respuesta del gobierno potosino no se hizo esperar. Este mismo domingo las autoridades estatales tomaron conocimiento pleno de los hechos, se reunieron con la directiva estatal de los Boy Scouts y los familiares y comprometieron acciones inmediatas para iniciar el traslado de los afectados a tierras potosinas.
En los templos, se pidió a la feligresía una oración por los pequeños accidentados; muchos de ellos, hace ocho días estuvieron presentes, con sus pantaloncillos cortos y camisolas características, con sus banderolas, estandartes y bastones en la misa de catedral, acompañados por su dirigente estatal Esther Ijima Ueda.
Algunos de ellos participaron activamente en las lecturas del oficio religioso e intercambiaron alguna información acerca de su organización con el canciller Ovalle, quien presidió el oficio religioso y los alentó a continuar sus actividades en pro de las buenas causas, en la defensa y en el cultivo del amor por la naturaleza.